¿Y para qué demonios quiero yo llegar lejos?

Esta pregunta puede ser abordada desde varios puntos de vista. La respuesta “para sacar más peces” puede resultar demasiado simplista aunque a muchos (pescadores de lagos y ríos anchos) les pueda resultar la más convincente.

Sin duda se sacan más peces, aquellos a los que, en determinados sitios o específicas circunstancias no llega casi nadie. 

Hay quien practica este tipo de lanzado más bien como un medio antes que como un fin en sí mismo. Un medio para dominar la técnica de lanzado a media distancia. Aprender a lanzar lejos implica necesariamente tener que profundizar en todos los aspectos de la mecánica del lanzado y llevarlos a su total disección y perfeccionamiento.

Para llegar a lanzar 25 metros debo dominar antes el lance a 20. Y de 10 lances seguidos, los 10 deben posar a 20 metros en total línea recta incluso con viento moderado, en cualquier dirección. Si no soy capaz de llegar a hacer eso, mejor me olvido de los 25. Si encima decido llegar a esos 25 metros con una línea del #5, modalidad de distancia muy en auge, entonces, me aseguraré que todo dependerá exclusivamente de mi técnica, ya que el equipo en sí mismo no me va añadir ni un solo centímetro como así ocurriría con líneas más pesadas.

Por si fuera poco, entrenarme en este menester va a pulir mi técnica de lance de señuelos pesados, aparejos múltiples de ninfas y con cualquier tipo de caña y línea.

Falta lo mejor. Mejorando mi técnica de lance hasta el punto de lograr lanzar más lejos con control, me permitirá, por primera vez en mi carrera, enterarme de para qué sirve una caña de alta gama. Sabré, por fin, sacarle todo el potencial a esa deseada herramienta sobre la que tanta ilusión y dinero he invertido. Esto, por sí solo, debiera ser suficiente motivo.

¿Qué para qué quieres lanzar lejos? Una de las respuestas a esta frecuente pregunta que más me gusta es: “amigo mío, porque te lo puedes pasar como un enano. Y fuera de temporada”  Y creo que, al final, de eso trata el lanzado, el montaje de moscas, la pesca con mosca o de cualquier otra modalidad.

Lo demás en el fondo es puramente circunstancial (Cielos no. ¡Qué viene el filósofo!).