10 errores inconfesables del instructor de lanzado actual
La enseñanza es una de mis pasiones y ha sido mi profesión desde hace ya muchos años. Quizás por eso, cuando se trata de la enzeñanza del lanzado soy más exigente y crítico que la mayoría de los instructores. Soy de los que piensan que el mismo curso o lección de lanzado puede ser desde muy poco útil hasta tremendamente práctico, motivante e interesante. En cualquier caso todo depende del instructor. Repito, todo.
Uno de mis defectos profesionales es observar a otros instructores impartir clases y entrar en modo juez y fustigador silencioso de lo que estoy viendo. A la cantidad de errores que yo cometo solo le supera mi espíritu crítico y analizador.
Aquí os incluyo una lista de pensamientos inconfesables y secretos sobre lo que creo, hacemos mal en ocasiones los instructores de lanzado:
- 1. No sondear en ningún momento el nivel/inquietud/opinión de oyentes. Es una de las claves para cruzar ese puente entre nosotros y el alumno.
- 2. Dar sensación de improvisación, de falta de planificación. No seguir una estructura, solo inspiración. Pensar que cómo soy muy bueno lanzando pues ya está.
- 3. No conectar con el oyente. No establecer interacción. Seguimos sin puente.
- 4. Tener un único enfoque y metodología. Normalmente basado en : mira como lo hago y ahora vas tú y lo haces.
- 5. Decir una cosa, hacer otra. Hay que asegurarse que lo explicado coincida con lo que se realice.
- 6. No formarse/esforzarse como comunicador: mezclar conceptos, no realizar pausas correctamente, no manejar lenguaje corporal (hablar solo para unos pocos), utilizar términos que no todos entienden, no ser oído por todos, usar coletillas molestas.
- 7. Lanzar sin parar mientras hablan. Hablar sin parar.
- 8. No tratar las preguntas o dudas de manera correcta.
- 9. Demasiada seriedad. Falta de humor.
- 10. Sacar alguna excusa casi inconscientemente si no le sale bien lo que explica.
Hoy en día, en muchos casos, los alumnos pagan un buen dinero por un curso de lanzado. Es nuestra obligación, más que nunca, estar en un estado de constante evolución, no solo como lanzadores, sino como enseñantes y transmisores de conocimiento.
