¡Ahora!

Son varios los autores que en sus libros y vídeos, se han referido a este error de lanzado. Creo que el primero fue Mel cuando hablaba del síndrome del último lance en su magnífico vídeo Errores y Correcciones.

Yo me referí a él, por primera vez, en Sexyloops hace ya algunos años. Y el caso es que no ha perdido un ápice de actualidad.

Lo sigo viendo continuamente en cantidad de pescadores. Es difícil eliminarlo porque es un tanto fantasma. Normalmente pasa desapercibido porque no destroza el lance del todo y no siempre produce bucles negativos. Depende de su severidad. Se puede ejecutar un lance más o menos bien cometiendo ese error. Simplemente restará metros y precisión. Un «no consigo llegar» o «no logro posarla donde quiero». Nada más que eso, ni nada menos.

En qué consiste

En el último lance, el de la posada, el que vale, añadimos algo más de fuerza bajando la punta de la caña, abriendo el bucle y pifiándola.

Ocurre mucho en golf. Uno ejecuta casi unos perfectos swings hasta que se pone la pelota delante y tiene que pegarla. Si siguiéramos haciendo exactamente lo mismo que hasta entonces, la pelota saldría disparada en línea recta y llegaría hasta donde tiene que llegar sin ningún problema. Pero al ver la pelota delante de nosotros algo ocurre en nuestro interior que nos conduce a hacerlo mal. Algo inexplicable, mágico y muy fastidioso.

Por qué sucede

Porque ese es el lance que vale y tiene que llegar donde yo quiero, ahora o nunca. Osea por un exceso de celo, nervios o excitación que acaba convirtiéndose en un hábito difícil de corregir.

Empeora en

Situaciones que añaden tensión y nervios a ese lance. A saber:

  • – Viento molesto.
  • – Trucha grande cebándose.
  • – Intentando llegar más lejos de lo que estoy acostumbrado sabiendo que ahí están los peces. O eso creo.
  • – Lanzando sobre un punto complicado por matas, corrientes…
  • – Con observadores curiosos.

 

Cómo solucionarlo

Primero y más importante, siendo conscientes de ello e identificándolo cuando aparece. Después respirando profundamente, calmándonos y no haciéndolo. Esto es difícil al principio. Este ejercicio sobre hierba puede ayudar en casos severos:

Ejercicio

Este es un ejercicio que necesita compañero/a. Lo bueno es que nuestro/a ayudante no tiene por qué ser lanzador/a, tan solo saber qué tiene que hacer.

Objetivo

Reconocer e intentar corregir el defecto de alterar nuestra técnica desestabilizando el sistema y normalmente añadiendo más fuerza y/o bajando demasiado la caña en el último lance antes de posar la línea.

Equipo necesario

Un compañero/a que sepa exactamente qué tiene que hacer y en qué momento exacto.

Procedimiento

Con diversas longitudes de metros de línea en el aire vamos realizando falsos lances. Nuestro/a compañero/a tiene que gritar: ¡AHORA! para que nosotros posemos la línea justo en ese momento.

El momento del grito es la clave de este ejercicio: antes de la parada frontal. Nos tiene que dar algo tiempo para saber que debemos posar la línea pero no tanto como para alterar nuestra técnica en ese último lance. Deberemos variar el momento preciso del grito en el último lance para hacerlo más o menos complicado.

Unas veces gritará tras realizar solamente un par de lances falsos, otras esperará más pero siempre deberá ser de manera inesperada.

Unas cuantas tardes con este ejercicio y este molesto problema empezará a desaparecer.

Si no es así, llámame. Algo estás haciendo mal