BAM (AWG)

Que lo que hacemos con el trasero determina siempre el resultado de nuestro devenir (también en esto del lanzado, me refiero), es algo que, aunque muy sabido, debiéramos recordar constantemente, sobre todo en acción de pesca. Es en el río cuando nos olvidamos del todo de él ya que lo que tenemos delante nos interesa bastante más.

Pues no debiera ser así. Es en el río, más que en la campa de entrenamiento sin duda, donde nuestros traseros son mayormente responsables de todo tipo de burruñadas, imprecisiones, enganches y otras poco deseables veleidades.

(Nota del autor: Os recuerdo, para algunos insistentes seguidores y amantes del buen léxico, que burruño es una palabra que se encuentra en el diccionario de María Moliner, aunque solo sea para remitirnos al término gurruño, cierto es).

Principio Básico

No en vano, mirar nuestro trasero, es el segundo de mis principios básicos para la práctica del lanzado.

Os recuerdo que la naturaleza de estos principios es diferente a la de los de Gammel o Lefty.

Bill y Mr.Kreh hacen referencia a la correcta ejecución técnica de cualquier lance. A esas leyes inmutables que deben regir cada buen lance, independientemente del lanzador y su estilo. (Por cierto, yo también tengo de esos: TAPPA, casi  fusilados de los de Gammel)

Los 5 principios de flycastingart, por el contrario, señalan pautas fundamentales, en mi experiencia, para la práctica del lanzado. Cinco consejos y recomendaciones sencillas y directas para que nuestras prácticas y entrenamientos sean lo más productivo posibles, tengan más sentido y nos aseguren una evolución como lanzadores de una manera más rápida y fiable.

El slogan que aúna estos principios lo resume todo: Haz que cada lance cuente.

Un trasero más elevado

En determinados escenarios de pesca debemos lidiar, de manera continua, con una vegetación de suelo media-alta trasera. A veces son la única apertura en medio de un bosque de ribera (ver foto).

Orillas en lagos, por ejemplo, donde lancemos desde donde lancemos, el objetivo es evitar enganchar la mosca atrás en, muchas veces, densos estratos arbóreos y arbustivos.


Sí, una opción es llamar al Calambres y preguntarle. El caso es que artistas capaces de rodar una línea con tanta precisión, siempre con el ancla por delante y en escenarios imposibles, hay pocos. Y Jesús Carmona Calambres es el maestro de todos ellos. Toda mi admiración por su arte y especialización.


El lance de Torre estricto (Steeple cast), específicamente creado para salvar obstáculos traseros altos, debido a la complicada naturaleza de su ejecución (la verdad que es poco estético y nada cómodo), debe ser dejado, en mi opinión, para ocasiones muy concretas donde buscamos un lance trasero, de manera puntual, casi totalmente vertical (ribazos, muros, vallas…).

 

Paul Arden, El Morante de la Puebla del lanzado con mosca.

La posición para el lance Torre:

  • ⇒ rota el plano del lance 90º y quédate mirando en esa dirección.

 

  • ⇒ levanta el brazo de manera que quede apuntando justamente delante nuestra en ángulo recto con el cuerpo. El antebrazo debe guardar un ángulo recto con el brazo y situarse doblado perpendicular al cuerpo (como sujetando un escudo), apuntando ligeramente hacia abajo para que la punta de la caña toque el agua.

 

  • ⇒ rota la muñeca de manera que la palma de la mano quede apuntando hacia delante y el carrete mirando hacia el cielo.

El tener que utilizar este lance de manera continua y en cada ejecución es poco natural y se acaba haciendo pesado y muy cansino tras unos pocos intentos. Doy fe.

Es por eso que esta situación, tan frecuente por otra parte, requiere de algún ajuste técnico más sutil, simple y cómodo que llegue a formar parte de nuestro conjunto de habilidades casi de manera inconsciente.

Si diéramos con ello, nuestro trasero iría más alto con mucha más frecuencia y reduciríamos notablemente el número de enganchones en esos arbustos de suelo incordiosos, comedores de tiempo y débiles espíritus, y sin la necesidad permanente de estar girando el cuello casi a lo Linda Blair (la malograda y siempre añorada niña del exorcista).

El codito al rescate

Pues sí. El codo lo vuelve a hacer.

Recordad cómo cuando lanzamos lejos debemos iniciar el frontal guiando y abriéndonos paso con el codo por delante. Eso nos permite, fundamentalmente, retrasar la rotación y eso, sabemos, son palabras sagradas de culto a la hora de mandar la mosquita muy pallá.

¿Qué ocurriría si en el trasero fuera el codo también el que iniciará el movimiento hacia abajo y hacia atrás, adelantándose al movimiento del antebrazo?

BAM

Nada mejor que un acrónimo de tres letras para aprendernos el truco.

Se trata del famoso BAM (Bloqueo Anatómico de Muñeca). En inglés AWB (Anatomical Wrist Block).

Deberemos pegar el codo al cuerpo al mismo tiempo que se desplaza hacia atrás y hacia abajo, incrustarlo contra nuestro costado lanzador. Y dejarlo ahí al rotar el carrete hacia atrás.

Si realizamos esos dos movimientos de manera suave y sincronizada, anatómicamente no tendremos más remedio que lanzar el trasero alto. Es difícil romper la muñeca hacia atrás en esta postura. Se trata, creo, de eso, de un bloqueo anatómico. Un simple y poderoso BAM. Lo pruebas a ver.

Corolario

Con un par de minutos de práctica te harás a esa postura y sensación y te darás cuenta que, sin apenas pensarlo, tus traseros empiezan a evolucionar más alto salvando esos arbustitos, hierbajos y zarzas creciditos de marras, crueles devoradores de moscas y terminales. Un ajuste mecánico fácil de ejecutar de manera sistemática a lo largo de un montón de lances y de liberarnos un tanto de estar todo el rato mirando hacia atrás, que quieras que no, aburre, cuando menos. Un tanto.

A ver si el vídeo te aclara algo todo lo que te he contado. Puede ser. No garantizo nada.