Ex-montador

Ya no monto moscas. Desde hace años. El caso es que fui un gran aficionado, pasando grandes ratos en mi super mesa de montaje rodeado de mil herramientas, materiales, plumas, pelos, capas de gallo y demás. Todavía guardo todo. ¿Qué pasó? ¿Por qué lo dejé?

Creo que fundamentalmente tuvo que ver con el hecho de que empecé a lanzar como hobby.

Y apareció el lanzado

Al principio solo como hobby, luego como entrenamiento para cursos y exámenes y más tarde como adicción. Esa inmersión en ese mundo nuevo tan sugestivo, del cual doy buena cuenta narrativa y cantidad de explicaciones en los hitos del lanzado de este blog, sencillamente me dejaron sin ratos libres.

Sin ratos libres y probablemente espacio mental para ocuparme también de seguir montando moscas a la vez que leía, escribía, entrenaba, organizaba cursos, fundaba Asociaciones y grupos y daba clases, todo ello claro, en clave de lanzado.

El hecho de que desde hace muchos años me regalan cantidad de moscas, amigos, alumnos y conocidos, en general, mucho más bonitas que las que yo hacía, no ha contribuído, creo, a volver a replantearme mi antiguo pasatiempo.

La presentación

Otro factor, unido a todo este proceso de desapego al montaje, creo que fue el darme cuenta que la presentación gana siempre por goleada a la mosca. Cobrar consciencia, a través de hacerme mejor lanzador, que la mosca «pinta poco» en la pesca, claramente no aportó nada a la ya remota posibilidad de mi retorno a los tornos.

Como esa idea, junto a mi falta de tiempo, no ha cambiado apenas nada y sigue del todo vigente, pues de momento sigo sin montar y creo que ya va para largo. Aunque nunca se sabe.