Formación continua como instructores
No estoy seguro de ser un gran instructor de lanzado. Quizás uno muy motivado en mejorar sea una definición más exacta.
Uno de mis aparentes fracasos como maestro de lanzado y que nunca acabaré de entender, ocurrió en mi primera Asociación, conocida como ANAPAM.
Allí dí clases de lanzado durante muchos años y Sábados por la mañana con un montón de gente en teoría entusiastas y muy interesados. Al cabo de los años el interés por el lanzado en esta Asociación y en Navarra, exceptuando dos grandes amigos como son Mikel y Damián, es mínimo.
Esta claro que algo hice muy mal. Y desde entonces mi empeño como instructor es intentar analizar y mejorar mi sistema, metodología, contenidos y forma de enseñar.
Os presento tres puntos de mejora que creo haber identificado entre el colectivo de instructores y que yo creo haber superado, más o menos, aunque os aseguro no ha sido fácil.
1. Hablar demasiado
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El instructor habla hasta el punto de perder a ratos el interés del oyente. El alumno comienza escuchando el segmento con atención para al cabo de un rato empezar a pensar en otra cosa a pesar de dar la sensación de que sigue escuchando.
Motivo
Hay varias razones que producen este defecto en un instructor. Las dos más comunes suelen ser: no tener las ideas demasiado claras sobre lo que explica, lo cual merma considerablemente su capacidad de síntesis y un exceso de celo en querer dar todo de sí, algo muy común especialmente cuando le pagan por dar el curso.
Solución
Dominar a nivel de experto toda la mecánica del lanzado, incluyendo áreas de la física, materiales, referencias, opiniones, escuelas y tendencias.
A partir de ahí sintetizar al máximo, filtrar y adaptar las explicaciones y el lenguaje. No es fácil.
Entender que el alumno debe pasar el 90% del tiempo que dure el curso lanzando. Siguiendo las instrucciones del instructor pero lanzando.
2. Querer demostrar lo buen lanzador que es uno
Indicadores
El instructor lanza durante un excesivo tiempo para el mensaje que quiere trasmitir. Además suele lanzar él solo de manera ocasional mientras los alumnos practican. Con frecuencia realiza lances y efectos que no vienen al caso pero quedan chulos.
Motivo
Exceso de ego personal. Inseguridad y falta de experiencia como docente. Es mucho mejor lanzador que enseñante. Confunde un curso de lanzado con una demostración o exhibición. Una vez más esto queda acentuado cuando a uno le pagan.
Casi todas las certificaciones en la actualidad enfatizan cien veces más la importancia de lanzar bien sobre la de enseñar. Considero que un 50/50 debiera ser lo más apropiado.
Solución
El instructor no debe montar su caña o solo tocarla en momentos puntuales en los que la explicación o rutina a practicar lo requiera. Inmediatamente después debe dejarla en la hierba. Quieta del todo.
Dejar el momento exhibición (lo considero positivo e interesante) para un rato corto al final del curso.
3. Empezar fuerte, acabar flojo
Indicadores
A medida que transcurre la dura jornada del curso el instructor empieza a flaquear en atención al alumno. Suele centrarse en algunos mucho y en algunos otros apenas nada. Su ritmo de explicación y cambio de rutinas disminuye a medida que al cansancio mental y físico se apoderan de él y de los participantes del curso. Ante la falta de ritmo algunos bloques del curso se dejan de ver por falta de tiempo.
Motivo
Empezar el curso demasiado fuerte, con demasiada energía, entusiasmo y ritmo desde el principio. Manternese así durante ocho horas es complicado. Falta de experiencia en cursos largos y distribución de contenidos sin tener en cuenta este factor.
El estado de forma física y el exceso de ingesta durante la comida acentúan el problema.
Soluciones
El alumno tiende a disminuir la energía en la segunda parte del curso. Es entonces cuando el instructor debe estar preparado para echar el resto y reactivar las ganas y el espíritu del grupo.
Una buena programación es esencial. Dejar determinados ejercicios y juegos para el final ayuda. Un colaborador dispuesto a echar una mano con determinados contenidos puede venir muy bien.
Dejar un bloque atractivo de contenidos en forma de trucos, consejos especiales o secretos inconfesables funcionan, especialmente si se han anunciado y creado expectación sobre ellos desde el principio.
Corolario
Ser un buen instructor de lanzado y de cualquier otra cosa no es fácil. Requiere motivación, ganas, capacidad de análisis y esfuerzo. De manera sostenible a lo largo del tiempo.
Desde este blog invito a abrir debates con más frecuencia sobre enseñanza, pedagogía y métodos de enseñanza. Creo, sinceramente, que por diversas razones que no alcanzo a entender del todo, es algo en lo que nos estamos quedando muy atrás en este país. Una verdadera pena.