
La auténtica curva del lanzado
La curva de aprendizaje de un lanzador comprometido es muy similar a la curva de aprendizaje de muchas otras disciplinas y áreas del conocimiento.
Un progreso con picos y valles es lo más caracterítico de esta curva. Saber qué representa cada caída y estancamiento y sobretodo qué podemos hacer para superarlos con rapidez me parece un tema algo más que interesante.
En la gráfica podemos obervar dos ejes: el eje vertical y ,que indica el nivel de conocimientos y el eje horizontal x que indica el tiempo y esfuerzo conjuntamente (suponiendo que tiempo y esfuerzo van siempre de la mano). Los tiempos reales de cada fase varían entre individuos pero la forma de la curva es muy parecida para todos.
Los comienzos
Al principio el progreso es gradual y poco ascendente. Adquirir una buena base de mecánica cuesta algo de tiempo. Los lanzadores que desde el principio admiten el entrenamiento como parte importante de su formación, avanzan más rápido.
Primer valle
Al poco, pueden aparecer los primeros valles. Normalmente indican un intento fallido de querer correr demasiado sin dominar básicamente tres aspectos fundamentales: tamaño, trayectoria y velocidad del bucle. El lanzador siente que deja de progresar, que no le salen las cosas y algo tiene qué hacer para seguir adelante.
Subida claramente ascendente
Tras haberse metido en foros, leído muchas cosas, ver vídeos y realizar algún curso, el lanzador experimenta y así lo siente él, un marcado progreso. Empieza a controlar bien la doble tracción y el impacto que este elemento técnico tiene sobre todo lo demás, fundamentalmente sobre su distancia media, es decisivo. Comienza a interesarse y a meterse con lances de presentación y eso le motiva mucho.
Primer valle de la desesperación
El lanzador ha desarrollado el hábito de practicar con cierta frecuencia y empieza a despertarle verdadero interés la distancia pura y dura. Empieza a ajustar movimientos y elementos técnicos necesarios para conseguir metros. El tema es muy exigente y nada parece funcionar. El alineamiento que hasta entonces no era mayor problema resulta ser un enemigo despiadado. Creíamos saber hacer la doble tracción pero nos damos cuenta de que dominarla realmente es otra historia. Empezamos a mover más cuerpo y a obsesionarnos con una tardía rotación. Desesperante.
Nueva subida rápida
Tras haber entendido exactamente lo qué debíamos mejorar (más foros, portales, vídeos y cursos) y haber metido muchas pero que muchas horas de hierba, sucede un click y todas las piezas empiezan a encajar. Llegamos más lejos, en metros. Casi que lo demás no nos preocupa demasiado.
Meseta de estancamiento
El lanzador entra en una etapa de tranquilidad y complacencia. Se sabe bueno y muy por encima de la media. Quizás ya tenga algún certificado de lanzado y haya dado algunos cursos. Como lanzador se estanca. Siente que domina lo suficiente y que a nivel teórico y física del lanzado no le hace falta más. Los que quieren seguir progresando y salir de esa meseta y cómoda posición tienen varias posibilidades:
- # Profundizar en los aspectos teóricos del lanzado.
- # Ampliar e intentar dominar otras técnicas de lanzado: dos manos, speys, cabezas lanzadoras etc…
- # Si enseña y da cursos (magnífico camino de aprendizaje), desarrollar técnicas de enseñanza.
Nuevo progreso
Son una minoría de lanzadores los que vuelven a experimentar un marcado progreso. Son los que se convierten en verdaderos maestros del lanzado, los más completos. Los que llegan a especializarse en técnicas concretas pero sin dejar de lado ninguna.
Esta es una explicación bastante general de lo qué ocurre en esta típica curva de aprendizaje. Cada lanzador es un mundo con unos tiempos concretos y un ritmo de aprendizaje diferente. Sin embargo, saber que la progresión no es lineal y por qué, nos puede echar una mano a entender momentos difíciles de esta apasionante afición.