La fábula del poeta lanzador

Paseando un día por el campo se encuentran un sapo y un ciempiés. El sapo le dice al ciempiés cuánto le admira y cómo le entusiasma lo maravilloso de la perfecta coordinación del movimiento de tantas patas y el poder hacerlo de manera tan bella.

Mientras siguen andando, el sapo continúa expresando su admiración y embelesamiento. El halagado ciempiés, sin saber que contestar, empieza a pensar realmente cómo lo hace y cuánto más intenta entender cómo se mueve, más torpe y lento se vuelve. Al final el ciempiés se queda totalmente atascado paralizado, pensando cómo tiene que coordinar las patas para seguir avanzando. En ese momento el sapo se lo come.

Moralejas

1. «En acción real de pesca olvídate del lance, tan solo lanza, pesca y déjate llevar» 

2. “Si eres un gran lanzador y no quieres explicar cómo lo haces para que los demás lo hagan como tú, no habrá nadie que te trague”