Me lo repita, igual a ser posible, por favor
¿Cuál dirías que es el sello distintivo de un gran lanzador? ¿Aquel rasgo que claramente le diferencia de todos los demás colocándolo en el olimpo de los lanzadores excelsos y más admirados? ¿Bucles estrechos, metros de distancia, variedad de lances de presentación, mecánica perfecta y minimalista? Sí, pero no.
Son muchos los lanzadores actuales capaces de conseguir bucles estrechos, pasar de los 30 con comodidad, ejecutar cualquier lance de presentación, lanzadores que poseen una muy buena técnica y que en definitiva lanzan extraordinariamente bien. Todos ellos son grandísmos lanzadores.
Sin embargo, existe una habilidad poco desarollada y explorada, que distingue a muy pocos dentro de ese grupo de élite. A uno de cada diez.
Se trata de la capacidad de clonar. No simplemente de repetir una vez o espera-este-no, ahora-vas-a-ver, un momento, ahora-sí. Se trata de crear una copia exacta de ese bucle o configuración de línea una y otra vez. Una y otra vez de manera consecutiva. Es, de cara a un instructor, la habilidad más potente, la de mayor impacto pedagógico y desde luego la más difícil de adquirir. El efecto que produce en el alumno el ver clonar un gancho a 90º por ejemplo es enorme. Es un fulgurante yo-quiero-aprender-eso-ahora-mismo.
Diría más. La explicación teórica en la ejecución de cualquier aspecto mecánico o lance puede llegar a tambalearse ligeramente si al intentar clonarlo no sale perfecto o casi.
Ejercitarnos en esta habilidad, sin necesidad de ser instructores, nos permitirá llegar a interiorizar movimientos, controlar aplicaciones de fuerza y dominar trayectorias.
El ejercicio
Empezamos por la madre de todos los ejercicios: el de levantar y posar en línea recta. Este es de los más sencillos de clonar. Insistimos hasta quedarnos satisfechos. Un compañero nos puede ayudar a decidir si estamos clonando o casi. Que sea inflexible.
Seguimos. Después de la parada realizamos un requiebro de la muñeca. En cualquier dirección y con cualquier intensidad. A ver qué sale. Puede haber salido un extendido, una curva, un burruño o garabato diverso. Es igual, eso es lo que quiero clonar. Nos fijamos en el nuevo elemento mecánico que hemos añadido al lance anterior y que ya lográbamos clonar. Probamos. Debemos no cambiar nada, ni añadir nada, ni mover los pies, ni cambiar de sitio la mano izquierda. Seguimos probando. Complicado al principio.
Poco a poco podemos ir cambiando los nuevos movimientos, intensidades de fuerza, aceleraciones o trayectorias. Siempre de manera gradual, introduciendo mini cambios aislados y siendo muy conscientes de qué estamos haciendo y para qué.
En general, cuantas menos parte del cuerpo involucremos en el elemento a clonar más fácil es lograrlo.
Animo. Es difícil, duro y sin duda el ejercicio más ambicioso de cuantos podemos llevar a cabo en césped.