Piedras

No se si trata de una adaptación al bajo caudal al que los ríos nos van acostumbrado desde hace algún tiempo o más bien es una simple cuestión de gusto personal. El caso es que desde hace varias temporadas mi visión de las piedras del río ha cambiado del todo.

Hubo una época en la que mi obsesión y en cierto modo orgullo de lanzador, era rodear cualquier piedra con la línea. Bien con una curva o un extendido o lo que fuera, mi línea debía alejarse de ella ya que, desde mi punto de vista, era un obstáculo para la normal trayectoria de deriva de mi mosca.

Ahora siempre que puedo intento posar línea encima de una o dos piedras.

Y si la piedra es bien alta mejor, ya que entonces el último tramo caerá haciendo pequeñas eses de esas que tanto gustan a las truchas.