Si no quieres viento de cara, elige el río
Este artículo debiera ser censurado. Un blog de lanzado que aconseje evitar el viento en vez de aprender a sortearlo con una buena técnica no es muy normal. Pero mirándolo así, aconsejar lanzar de punta para evitar el dragado también puede llegar a rayar en la herejía casteril.
Supongo que al final, este un blog para ayudar hacer las cosas más fáciles y ser más prácticos en el río. Y de ahí este breve artículo sobre el viento.
Según un viejo amigo mío pescador y meteorólogo, Andrés Chazarra Bernabé, puede resultar de gran utilidad conocer el día anterior, la dirección en la que va a soplar el viento para planificar nuestra jornada de pesca. Especialmente en días en los que se esperen vientos moderados o fuertes.
Si miramos la predicción meteorológica, podemos saber la dirección y la intensidad del viento previstas para cada zona.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en nuestro país, muchos de los tramos trucheros corresponden a ríos de montaña que circulan por valles bien perfilados. En ellos, al soplar el viento, el aire queda encauzado por las laderas del valle, por lo que prácticamente siempre soplará en la dirección del río, ya sea agua arriba o aguas abajo, a la vez que aumentará su intensidad.
Si, por ejemplo, se prevén vientos del suroeste, en los ríos con orientación este-oeste o norte-sur el viento soplará, previsiblemente, aguas arriba, mientras que en los valles con orientación oeste-este o sur-norte soplará aguas abajo. Esta sencilla regla, que se cumple en la mayoría de las ocasiones (si bien, como ocurre con todas las reglas, no es infalible), resulta especialmente útil para evitar los ríos en los que vayamos a tener que lanzar contra el viento, en el caso de que podamos elegir entre varios ríos, o al menos, para ir preparados para enfrentarnos contra un fuerte viento de cara.
Recordad que la pesca río abajo con una seca bailarina bien peluda al dapping, pueder ser muy divertida, emocionante y productiva.
Gracias Andrés por aquel artículo/entrevista de Jara y Sedal, uno a los que más cariño le guardo.