
Tomás y Pedro sobre el lanzado Zen
Este es un diálogo entre un recién aficionado al lanzado, Tomás, y un instructor que a lo largo de los años ha desarrollado una manera especial de enseñar, Pedro.
Tomás es bastante escéptico y un poco puñetero pero muy abierto a escuchar e intentar aprender. Asistamos a su breve pero intensa conversación:
Tomás (aficionado a la pesca y probablemente al lanzado): ¿No es ir un poco demasiado lejos cuando se relacionan el lanzado y el Zen?
Pedro (Maestro de lanzado): En absoluto. Más bien creo que es volver al principio.
Tomás : Espera que solo llevo tres años y esto me puede complicar la vida.
Pedro: Al contrario. Te puede ayudar mucho.
Tomás: Deja que me siente en esta piedra a meditar.
Pedro: El lanzado puede aplicar muchos aspectos de la filosofía Zen : meditación, relajación, visualización, práctica, paz interior… Cuando un alumno quiere aprender o mejorar su lanzado se ve inmerso en una enorme cantidad de aspectos técnicos, nombres, parámetros físicos y demás. Seguir este camino para muchos es imposible. Simplemente se les atraganta. Un mejor camino para muchos alumnos es reducir al mínimo los planteamientos técnicos y centrarse más en los psicológicos, emocionales y sobretodo sensoriales.
Tomás: Escucho y medito aquí sentado.
Pedro: Muchos alumnos son incapaces de describir una trayectoria recta de la punta de la caña con explicaciones de ángulos de muñeca, flexiones y paradas. Sin embargo cuando les dices que deben posar la línea entre esas dos fundas de caña estiradas y que antes visualicen lo que quieren hacer, respiren y adopten la posición más cómoda posible, lo hacen. Y sin darse cuenta han descrito una trayectoria totalmente rectilínea.
Tomás: Creo que ya visualizo por donde vas.
Conviene relajarse antes de una sesión de lanzado, nunca al revés.
Pedro: Muchos lanzadores a cualquier nivel lo estropean en el último lance antes de la posada. ¿Por qué? Eso requiere un tratamiento más psicológico que teórico. Cuando lanzamos largo en lo último que hay que pensar es en distancia, es mucho más importante pensar en la respiración y aprender a hacerlo. Los lances de presentación son pura inspiración. Una inspiración creativa que debemos dar forma y poder controlar. El exceso de energía es un error muy común a cualquier nivel de lanzador, la relajación es primordial en el lanzado. Disociar mentalmente la función de las manos en la doble tracción, saber educar cada una de las partes del cuerpo y que todas trabajen en unión… Un buen lance no se piensa, si tienes que pensar en él no te saldrá perfecto. Hay cantidad de ejemplos y aspectos del lanzado que están íntimamente relacionados con esta filosofía. Nunca debieran ser obviados y deberían ser incluidos en cualquier curso de lanzado.
Tomás: Me ha convencido maestro, más o menos.