Un mantra menos. Y van unos cuantos

Esos principios inmutables mega repetidos de manera incansable y que conocemos en lanzado como mantras, parecen ir tocando a su fin. Cierto es que algunos se resisten y aguantan embestida tras embestida a través de los tiempos.

Que un buen trasero es vital para poder ejecutar un frontal controlado es uno de esos que no ofrece mucha discusión. Que la ley del mínimo esfuerzo es más eficiente que pasarse de fuerza también luce estable. Y que la doble tracción es crucial para añadir velocidad a la línea parece resistir con empecinamiento. Por citar tan solo tres ejemplos de supervivencia.

Cadáveres por el camino

Allá quedaron cadáveres tales como el protagonismo de la carga de la caña a modo de escopeta, de las violentas paradas que te propulsaban los globos oculares hacia el exterior, de la maravillosa y nunca comprendida del todo disyuntiva de empujar y tirar, de máximas históricas como que los negativos surgen de trayectorias anómalas y unos cuantos más.

Dichas ideas nos acompañaron durante muchos años pero al final no lograron resistir el análisis y detallado estudio de unos cuantos expertos. Como consecuencia de ello, fallecieron (las ideas, los expertos viven todavía).

Creo, que al final, lo único que se salvará como inmutable en el estudio y entendimiento del lanzado serán las leyes del señor Newton. Esos tres principios a los que todo objeto quieto o en movimiento tiene que atenerse le guste o no, incluso antes de coger la caña y empezar a menearla.

Por cierto, esas leyes universales de la mecánica son: la ley de inercia, la relación entre fuerza y aceleración y la ley de acción y reacción.

Y como dice mi buen amigo Aitor Coterón, uno de esos expertos vivos y uno de los que más saben de esto en el mundo (repito, en el mundo), o entiendes a Sir Isaac o no entiendes nada. Zilch. Pues eso.

«O entiendes a Sir Isaac o no entiendes nada» Aitor Coterón

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El mantra de hoy

 

En el río con uno o dos falsos lances vas de sobra.

 

Más o menos es lo que dice uno de los principios básicos de la eficiencia en pesca. Admitido creo que por todos: guías/instructores de pesca, pescadores/no lanzadores, lanzadores/pescadores, competidores que lanzan, jubilados ribereños y hasta perdigoneros que creen que lanzan. Todos parecen coincidir en que uno mejor que dos.

El mantra es muy poderoso. Reza así: cuanto menos lances falsos ejecutemos, de menos enganchones gozaremos, menos peces asustaremos, menos exposición a vientos varios sufriremos, menos nuditos y tenderetes en el bajo crearemos y menos tiempo la mosca en el aire mantendremos, que es, por cierto, donde no pican nunca (principio inmutable del todo, de momento). Todo esto es absolutamente correcto y no puede ser ni desmontado ni contradicho.

Sin embargo, el mantra no es para nada exacto. Así que al fuego con él.

Las cinco pruebas

Con la caña en la mano (que es de donde únicamente debiera nacer todo artículo, podcast, opinión o mensaje sobre pesca con mosca), yo alcanzo a ver cinco situaciones, en las que varios lances falsos no es que sean una ventaja, es que son del todo necesarios para cumplir nuestro objetivo, el cual normalmente es sacar más peces.

A saber y a saber cuáles (como diría el gran Manolo Jumilla Pandero):

 

  • 1. Truchas paseantes cerca de la superficie

 

Me refiero a esas truchas, normalmente grandes, que en determinadas masas de agua lenta y profunda (lagos, embalses, grandes badinas…) salen normalmente en los períodos extremos de luz del día y a modo de paseo y con actitud cazadora, nadan cerca de la superficie interceptando insectos y otros manjares.

Un aro en superfice nos indica dónde acaba de comer el pez. Si tardamos dos segundos en posar la mosca justamente ahí o en su exacta trayectoria de paseo (si somos capaces de identificar), será demasiado tarde.

Lo que mejor me ha funcionado a mí este año (y te aseguro que he metido horas en esta historia) era esperar la delatadora subida con varios metros de línea en el aire (falsos lances) y otros tantos en bucles organizados en la mano. Estar preparado para con solo un lance posar en el punto exacto era la clave.

Os aseguro que podían pasar minutos de lances falsos continuos. Mínimo esfuerzo, un brazo curtido y una buena técnica de golpe de lanzado es vital en tan original y os aseguro productivo enfoque.

  • 2. Pesca al agua

 

Si eres aficionado a la pesca al agua con seca como yo, entenderás de qué hablo.

Se trata de pescar querencias, cuantas más mejor. Para ello, en esta activa dinámica de pesca, los lances falsos nos van a servir a tener la mosca seca después de cada deriva, a continuamente ajustar la distancia, a cambiar de dirección constantemente (secándola al mismo tiempo) y a desplazarnos a la siguiente postura sin recoger la línea en el carrete. Mil lances falsos en este tipo de jornada son la norma.

  • 3. Viento cambiante

 

Pescamos sobre trucha vista comiendo en superficie y el viento rachea, rola y cambia de velocidad constantemente. Una maravilla.

El peligro de espantar ese pez cebándose en superficie al posar nuestra mosca es grande. A menos que esperemos a que el viento amaine ligeramente y sople a favor. Esa espera deberemos realizarla con lances falsos listo para posar la mosca ya que la ventana de oportunidad que nos de el viento puede ser muy pequeña.

Puede ser hasta estresante pero la sensación de éxito cuando ocurre es enorme también.

  • 4. Preparando un lance de línea floja

 

Nuevamente a trucha vista alimentándose en superficie. La presentación requiere un lance de línea floja. Sí o sí.

Debo racionalizar qué quiero hacer exactamente, qué cantidad de línea quiero arrugar y en qué punto. Es fundamental ensayar en corto antes de la presentación al pez. Tanto el proceso mental como el ensayo, son más efectivos con la línea en el aire y con varios lances falsos. Os lo aseguro.

Tanto el proceso mental como el ensayo son más efectivos con la línea en el aire y con varios lances falsos. Os lo aseguro.

 

  • 5. Buscando alineación en posturas desequilibradas y espacios traseros complicados

 

Tenemos que ajustar el trasero en un hueco nada generoso y que esté alineado con nuestro objetivo, normalmente un pez en superficie de nuevo.

Si no está bien alineado el frontal curvará espantosamente y no posaremos dónde queremos. Ese fino ajuste de trasero angosto y frontal alineado requiere varios falsos lances antes de la posada final. Es cuestión de centímetros muchas veces y prueba y error hasta que lo veamos perfecto es la mejor fórmula.

 

Corolario

Podrían haber sido más. Tales como lo que llamo escalada de tensión, viento de cara y el llamado spey para seca. Tres escenarios más en los que varios lances falsos son más que recomendados.

Pero se me alargaría este artículo que ya va por encima de los 40 caracteres y que parece ser que es lo máximo que se lee de tirón hoy en día. Así que lo dejo ya.

Feliz Año 2023 a todos los sufridos lectores y seguidores de este inédito reducto de lectura y conocimiento que sigue siendo, contra viento y marea, mi humilde blog. Un abrazo a todos.