Sintiendo el momento

Los hombres y los objetos compartimos una interesante característica común. Somos bastante reacios y perezosos al cambio. Se nos tiene que aplicar la energía suficiente para que nos movamos. Dependiendo de nuestra masa y la cantidad de pereza, mucha energía, a veces.

En movimiento los objetos siguen igual de reacios a cambiar de velocidad, los seres humanos a parar, ninguna.