Práctica sí, pero…

Las claves para llegar a ser un buen lanzador son tres: práctica, práctica y práctica. Una vez que seamos capaces de entender que esa es la única verdad absoluta, podremos empezar a aplicar una cuarta clave: práctica con cabeza.

O lo que es lo mismo: practica sabiendo lo qué haces, cómo se hace y para qué.

Después de cientos o miles de horas en el seco he llegado a una conclusión que me consta no es compartida por todos los instructores: se puede perder el tiempo en la hierba. Puedes llegar a no aprender nada o casi nada. Cantidad de tiempo no redunda directamente en progreso. Cuanto más horas mejor lanzador, no siempre.

Una buena alternativa, entre otras, consiste en disponer de una serie de ejercicios y rutinas de práctica que nos guíen y muestren qué debemos practicar, con qué objetivo y que de alguna manera nos indique si lo estamos haciendo bien o no.

Se puede perder el tiempo en la hierba. Desde luego.