
10 realidades fáciles de obviar a mosca seca
La mosca seca con caña de una mano es mi debilidad y pasión. Siempre lo ha sido y creo que siempre lo será. Supongo que es un comportamiento del todo incorregible y que limita considerablemente el número de mis capturas. Qué le vamos a hacer.
Déjame que te cuente algunas conclusiones a las que he llegado tras muchos años de tan caprichosa especialización:
- 1. Capturar una trucha a seca es mucho más complicado que hacerlo a ninfa o perdigón. La satisfacción es infinitamente mayor.
- 2. Se pueden clavar y sacar peces a más de 25 metros. Y el hacerlo será una de las grandes experiencias de tu vida como pescador y ser humano.
- 3. Una trucha puede seguir comiendo en superficie a pesar de ser consciente de tu presencia. Su comportamiento será irregular y receloso.
- 4. No cambies de seca todavía, altera tan solo el nivel de placaje en superficie. Una tira de velcro puede venir bien en estos casos.
- 5. A seca, los rechaces en el último instante son frecuentes. El splash suele ser grande y pensar que la has fallado, frecuente.
- 6. Después de un rechaze, no corras, deja derivar la mosca un buen tramo. Un levantamiento super sigiloso es clave.
- 7. La trucha nos supera con creces en discernir si nuestra mosca flota con total naturalidad o no del todo.
- 8. La primera pasada es la buena, a partir de ahí las posibilidades se reducen drásticamente.
- 9. La pesca al agua con seca es, con diferencia, el mejor ejercicio de transferencia de lanzado en seco al agua. Distancias, presentación, precisión, todo puede estar ahí con sentido.
- 10. Una mosca bien visible, que flote bien alta en una deriva larga sin nada de tensión es un auténtico deleite para la vista y para el alma.
Amén.