Conociendo a nuestros alumnos

Durante los últimos años he incorporado a todos mis cursos una sesión/reunión al comienzo de los mismos, creo que con gran éxito.

Un encuentro informativo e instructivo con todos los participantes en un lugar cerrado y cómodo, si es con desayuno mejor, en el que pretendo cubrir varios objetivos. Uno de estos objetivos y probablemente el más importante, es el de conocer la motivación real de cada participante para estar en ese momento ahí sentados. De este punto va este artículo.

Normalmente nos quedamos satisfechos con el mensaje sencillo de “mi nivel de lanzado es este y quiero mejorar”.

Siendo fundamental el hecho de ser conocedores del nivel de lanzado del participante, esto lo único que nos indica es qué contenidos podemos ver durante el curso (si tenemos que eliminar o variar alguno del plan) y a qué nivel de profundidad y detalle puedo presentarlos. A mi parecer, este enfoque es demasiado simplista y para nada suficiente.

Profundizando

Lo ideal sería conocer toda la trayectoria lanceril del participante, todo su contacto e implicación con el lanzado, frustaciones, deseos y anhelos. Cómo lo ve, cómo lo siente y qué significa para él.

De esta manera nosotros podríamos, a la hora de hablar con él e instruirle, hacer más hincapié en determinados aspectos, despejarle dudas y planteamientos erróneos, adaptar el lenguaje, hablar más o menos, decidir qué no enseñarle nunca y cómo, en definitiva, ser más eficientes con nuestro mensaje,  instrucciones y visión del lanzado que queremos trasmitir.

Probablemente podríamos tocar alguna tecla de la que no éramos conscientes. Una mágica tecla capaz de activar un cambio o punto de mejora. El tema es que este extenso análisis, completarlo y estudiarlo, llevaría mucho tiempo y no estoy muy seguro que fuera 100% fiable.

Las 4 fotos

Para ahondar más en el perfil sicológico y motivaciones subyacientes de cada participante en mis cursos, he puesto en práctica una actividad que al principio me pareció poco más que creativa. Ahora, después de haberla probado, aunque tan solo en dos ocasiones, me parece sencillamente brillante (aparta qué viene el humilde bloguero de turno).

Enseño a los participantes cuatro fotos concretas grandes, representando diferentes situaciones y escenarios. Les doy un minuto para que escojan una. La pregunta es: ¿Con qué foto te identificas más como lanzador?

¿Con qué foto te identificas más como lanzador?

A continuación cada uno dispone de unos tres minutos para justificar su elección delante de los demás.

Cada participante cuenta su historia y yo presto atención. Después de cada intervención, viene un turno de preguntas y respuestas. Muy interesante, te lo aseguro.

Desde mi punto de vista, lo que no cuentan es siempre más revelador que lo que dicen. Paso a enseñarte las fotos y mi libre y profunda interpretación de las mismas.


1. ⇑ El ascenso a la montaña

Este buen amigo, (el que ha cogido esta foto), lleva tiempo intentándolo.

En sus comienzos progresó con buen ritmo y su motivación y alegría se mantuvieron siempre altos. Quería llegar lejos y sentía que podía hacerlo. No necesitó apenas ayuda ni consejo pero no desaprovechaba ninguna oportunidad de escuchar y aprender en blogs y vídeos.

Llegó un punto, en el que se encuentra ahora, que mantener ese progreso y esa sensasión de avance se volvió más complicado. Para seguir avanzando ahora, debe realizar más esfuerzo e invertir más tiempo. El ritmo lento y los objetivos se ven lejanos y nada fáciles de alcanzar.

Cualquier ayuda de gente que haya pasado por ahí, le va a venir muy bien y va a ser bien recibida.


2. ⇑ El cruce de caminos

Este entusiasta lanzador lleva ya tiempo en esto del lanzado.

Es buen lanzador y aunque lleva un tiempo parado quiere seguir avanzando y continuar metido en este fantástico mundo. No tiene muy claro que dirección seguir. Le gustaría destacar como lanzador en algunos círculos y formarse en áreas en las que es consciente se ha quedado atrás. Llega lejos pero no mucho, sabe speys pero no del todo, le suena lo del switch, admira a los que entienden tanto de física y mecánica del lanzado y tener un certificado le resulta muy atrayente, entre otras.

Este individuo necesita un buen instructor/asesor capaz de inspirarle nuevas metas y objetivos para seguir progresando como lanzador.


3. ⇑ El galimatías

El siguiente participante al curso no lleva mucho tiempo en esto del lanzado.

Su perfil de aprendiz es muy concreto y sin margen de error. Quiere aprender los conceptos, la mécánica y entender el funcionamiento de todo, con la certeza de que una vez lo tenga claro, la práctica se volverá mucho más sencilla. Tiene mente de ingeniero, es bastante perfeccionista y aprender algo para él significa entenderlo todo antes que nada. Han caído en sus manos muchos libros e información que hablan de arcos, aceleraciones, rotaciones y velocidades angulares. Le atrae el tema pero reconoce que se le hace mucho bolo en muchos puntos concretos.

Necesita alguien que sepa y esté bien preparado que le aclare los conceptos o seguirá estancado.


4. ⇑ Que se haga la luz

Esta última metáfora alegórica señala a un principiante o casi (falso principiante).

Se trata de un pescador al que le encanta todo lo relacionado con la pesca, los ríos y el entorno y que sabe que el lanzado es algo que está ahí. El lanzado está ahí pero de manera muy oscura y vaga, llena de misterio, complejidad y temor. No se atreve a darle cara pero en el fondo le atrae tanto todo lo relacionado con la pesca, que no puede descartar esa posibilidad.

Necesita que alguien le aporte mucha luz a su visión sombría del lanzado y de la mano y muy despacito le introduzca en esta experiencia. Es fundamental hacerlo sencillo, desdramatizar el lanzado de toda connotación técnica y pasarlo divertido. Empatía con este alumno es la palabra clave para que empiece a avanzar.

Corolario

Te animo que a que me envíes alguna foto que consideres inspiradora y tu interpretación de la misma. Así me haces compañía un rato en esta chaladura tan divertida que es la instrucción del lanzado.