
Esconde esa caña, por lo que más quieras
Son muchas las truchas que alertamos cuando ven nuestras preciosas y brillantes cañas volando de aquí para allá. No se espantan pero se alertan y nosotros, al no ser conscientes de ello, creemos que nos quieren complicar la vida más de lo necesario (saben latín, mi mosca no sirve…).
Algunas ideas para que nuestras herramientas (caña y línea) pasen más desapercibidas:
- ⇒ Lija la caña con un papel lija de grano gordo y quítale todo posible acabado de barniz (luego no se la enseñes a nadie).
- ⇒ Acostúmbrate a lanzar lateralmente tanto por la izquierda como por la derecha. Que la punta de la caña en el momento de la parada acabe apuntando hacia nuestro objetivo.
⇒ Ejecuta el lance extendido también con un lance lateral y extiende el brazo de derecha a izquierda (por delante del cuerpo) o viceversa.
- ⇒ Un bucle que se abra de lado (mejor aún por debajo) se ve menos que uno de evolución vertical. Si es estrecho menos aún.
- ⇒ Reduce el número de falsos lances al mínimo.
- ⇒ Ejecuta los lances falsos fuera de la ventana de la trucha. Practica ese ligero cambio de dirección en el aire (aprovecha la deriva para reposicionar la caña).
- ⇒ En la pesca en corto o a media distancia lanza (por debajo de 12 metros) con el menor movimiento de brazo y cuerpo posibles (solo con muñeca en una postura totalmente cerrada).
Recuerda. Es muy probable que no nos enteremos que esa trucha se ha percatado de nuestra caña y/o línea y simplemente notemos a la trucha más nerviosa, precavida y difícil.