La madre de todos los ejercicios de lanzado
Si tuviera que elegir un ejercicio para ser realizado de manera obligatoria en cada sesión de prácticas, independientemente del nivel de lanzado que tengamos, casi con cualquier equipo y sin importar para nada destrezas ni gustos personales, no lo dudaría ni un segundo.
El lance sobre la cabeza en línea recta sin tracción con unos 8 metros de línea en el aire. Levantar y posar. Levantar y posar.
Deberemos centrarnos en lograr una perfecta línea recta delante de nosotros con la mínima energía necesaria para ello. Mínima energía necesaria. Y deberemos poder clonarlo. Diez de diez. Veinte de veinte. Y estaremos en el camino del verdadero lanzador iluminado, o algo así.
Este ejercicio equivaldría en algunos deportes a más o menos lo siguiente:
– Golf: el swing en el campo de prácticas. Bolas y más bolas. Todas rectas y a la misma distancia. Los profesionales de pasan haciendo esto varias horas al día. De manera sistemática y cuando su juego en el campo falla vuelven a este ejercicio. El comienzo de todo.
– Baloncesto: tiros a canasta. Desde la misma posición, una y otra vez. Todas al aro. Diez de diez.
– Squash: series de golpes paralelos o de revés desde el fondo de la pista. La pelota debe caer en la caja de saque, siempre. Sin mover los pies. Clonando los movimientos.
– Karate: katas automáticas. Mismos movimientos y hasta intensidad de grito. Se entra en un estado cercano a la hipnosis.
Recomiendo encarecidamente el realizar este ejercicio en todas nuestras sesiones de prácticas durante al menos 10 minutos antes y 10 minutos después. Marca realmente la diferencia.