Lances medidos

En la dilatada vida de un lanzador se producen, muy de vez en cuando, auténticos puntos de inflexión. Momentos de iluminación a partir de los cuales nada vuelve a ser igual. Uno muy normal y nada agradable ocurre cuando nos filman y nos vemos lanzar por primera vez. “¿Ese soy yo? ¿Yo hago eso? Pero si para nada me muevo yo tanto, ¿y ese brazo, pero qué demonios hace?, etc. No puede ser”.

Otro de estos momentos especialmente revelador e incómodo sucede, cuando un buen día, decidimos empezar a practicar distancia con una cinta métrica. Sacamos toda la línea de 27 metros, saliendo medio metro de backing por el carrete, más casi tres metros de bajo de línea…igual a un lance de… 24 metros. “No puede ser”.

En este artículo recojo algunas mediciones concretas y significativas de lances a distancia, realizadas todas ellas, de manera escrupulosa, con una exacta cinta métrica.

26 metros

Comienzo con una distancia muy personal y significativa para mí.

Allá por el año 2001 nos encontrábamos un grupo de lanzadores intentando llegar lejos en el frontón del bello pueblo del Roncal (Navarra). Entre los participantes para el reto se encontraban nombres como José Ricardo Mateu, Alejandro Viñuales, Paul Arden, Christopher Rownes, Fernando Gil, Raul Portes y un servidor. Fue totalmente imposible conseguir esa distancia por ninguno de nosotros. Utilizábamos equipos ligeros del #5 y del #6. Deberíamos esperar algo de tiempo y mucha práctica para lograrlo.

17,5 metros

Desde hace años en todos los cursos que imparto intentando ayudar a mejorar la distancia media, mido a los alumnos su lance más largo al principio del curso. La idea es ver si al final del curso, tras una nueva medición, se ha mejorado algo. Esa cifra, 17,5 metros, refleja la distancia media de todos los alumnos de un nivel intermedio de lanzado, todos buenos y experimentados pescadores, al comienzo del curso. Equipos ligeros del #5. Podemos añadir entre dos y tres metros de media tras acabar las lecciones. No hago milagros.

Instructores de la FFI (Fly Fishers International)

Las distancias exigidas para la obtención de estas titulaciones no ha variado desde su creación.

Se puede usar hasta líneas del #7.

MCI (Master)——–  27 metros

CI (Instructor)——-  24 metros

30 metros

Durante muchos años, en gran medida todavía hoy, esta ha sido una marca fetiche. Una meta a alcanzar por cualquier lanzador comprometido a partir de la cual uno parecía entrar en el reino de los elegidos. El efecto de pertenecer a este club, después de años de duro trabajo y entrenamiento, solía ser para algunos, devastador. Gente maja y normal hasta entonces empezaba a mostrar signos de arrogancia y engreimiento sencillamente sorprendentes. Algunos nunca se recuperaron. Incluso fue a peor. A partir de esta cifra se entra en el lanzado a distancia, puro y duro, y empezamos a vislumbrar las primeras marcas del lanzado de competición con equipos ligeros.

Esta cifra sigue siendo la máxima distancia de un prestigioso certificado de lanzado, el de la EFFA. Este es, sin duda el más exigente técnicamente hablando de todos cuantos existen hoy en día (línea #6 máximo).

29 metros

En ADELAM (antigua Asociación de lanzado) nos quedamos con esta cifra para el ECI (Expert Casting Instructor), su máximo nivel. Se exigía un alto nivel técnico aunque quitando toda carga emocional de los 30 metros.

El examen equivalente anterior era el del Master PAIL con 27 metros. Uno puede pensar que una vez llegados a los 27, los 29 y 30 están al alcance de la lana. No es así. A partir de 25 cada centímetro añadido se logra con sudor y esfuerzo. Siempre muy gradualmente.

 

 32,5 metros

Entramos en el mundo de la competición con equipos ligeros. Esta fue la marca conseguida por el noruego Per Gronberg en Fagernes en el 2010 donde se proclamó campeón del mundo de distancia (línea #5, caña la que querían).

44 metros

Tres años más tarde el joven Ronny Landin gana el campeonato de Fagernes con 44 metros de distancia. Steve Rajeff quedó segundo con 42 metros. ¿Qué pasó en tres años? ¿Cambiaron las reglas de la competición? ¿Tanto evolucionó la técnica para explicar tan colosal diferencia en tan poco tiempo?

No, exactamente. Hacía viento, mucho viento, pero lógicamente favorable. Nada más.

Y es que con viento un campeonato tiene poca fiabilidad como referencia técnica. Es curioso que, en general, el lanzador suele presumir de conseguir grandes distancias sin mencionar la fuerza del viento que hacía en ese momento. Los lanzadores somos seres muy bondadosos que nos dejamos autoengañar fácilmente para hacer este apasionante pasatiempo más llevadero y gratificante. Y quedar mejor. Aunque todos sabemos que si el viento que sopla, lo hace en la dirección correcta (curiosamente siempre nos posicionamos para que así sea) nos ayuda enormemente a llegar a esas marcas tan anheladas. Existen dos mundos paralelos en el lanzado a distancia: el de interior y el de exterior (casi siempre con algo de viento).

 35,6 y 35,9 metros

Palabras mayores, muy mayores. Se trata de marcas conseguidas en lances de interior (polideportivo) con equipos ligeros. Nos encontramos en las distancias máximas logradas, hasta ahora, por el ser humano con líneas del #5. Sin viento, repito.

La primera conseguida por Stefan Siikavaara y la otra por Fredik Hedman. Dos jóvenes suecos que viven por y para el lanzado, cada uno con un estilo característico pero igual, casi, de efectivos.

 75,6 metros

Nos dejamos de equipos ligeros. Esta marca fue conseguida por Rajeff en 1997 en Pretoria, Sudáfrica. Con caña de una mano y línea de cabeza lanzadora. No fue oficialmente homologada debido al fuerte viento que imperaba.

80 metros

Marca conseguida excepcionalmente por el lanzador galés Hywell Morgan con equipo pesado y caña de una mano. A pesar de eso, es la marca de Rajeff la que figura como récord mundial absoluto.

Corolario final

Entre los 17,5, distancia media del pescador/lanzador español y los 35,9 de Hedman, siempre con equipos ligeros, hay un mundo fascinante que recorrer. Un pasatiempo adictivo que te puede enganchar y no soltar jamás. Que te hará padecer la mayor parte de las veces pero que solo por llegar a vivir esos momentos de progreso que a veces ocurren, sentirás que todo compensa y tiene sentido. ¿Te animas?