Teorías de pesca

Resulta que éste es uno de mis temas favoritos. Teorías de todo tipo sobre gran diversidad de temas que ponen en cuestión o plantean argumentos y tramas apasionantes. O a mí me lo parece.

Al mismo tiempo pueden resultar ser una fuente de enorme diversión y entretenimiento. Ir al río con la idea de intentar comprobar o refutar alguna teoría es un objetivo en sí mismo para una apasionante jornada de pesca.

Cierto que es complicado y requiere mucha autodisciplina investigar cuando las truchas se muestran activas y nuestro instinto de pescador nos mueve a simplemente querer capturar esa pieza a casi cualquier precio olvidándonos de si toma nuestra mosca por una u otra razón.

Sin embargo, en determinados momentos (normalmente cuando las cosas van mal), no podremos evitar relacionar el comportamiento de nuestra amiga con alguno de las teorías aquí señaladas.

Es posible que en ocasiones, ese simple chispazo de comprensión, nos lleve a alterar nuestra rutina y redunde en alguna inesperada y gratificante captura.

No obstante, es al final del día y ya de vuelta a casa, cuando repasando despacio toda la actividad de la jornada (a veces son efímeros repasos, desgraciadamente), dispondremos de tiempo y calma para intentar entender por qué esa trucha me rechazó la mosca, cómo es que me funcionó la más fea, por qué han estado tan selectivas o si no habría sido mejor utilizar moscas de perfil más bajo. Y eso alargará de forma mágica nuestro día de pesca.

Probablemente hasta poco antes de quedarnos plácidamente dormidos esa misma noche.