Zona de comfort

La verdad es que está el tema de la pesca como para andar con rarezas y descartar modalidades y tipos de peces reduciendo así el margen de disfrute al pasar menos tiempo en el río. O negarse a probar el lanzado en seco por cabezonada o falta de ganas.

Claro que si lo pienso un poco pescar a mosca exclusivamente ya es un signo de obstinación por una modalidad concreta. Quizás con el mismo origen que el purismo por la mosca seca o la obcecación permanente por la ninfa de algunos. Mira que somos complicados los pescadores. O el ser humano en general.

Y es que a pesar de parecer ciertamente complicada, este tipo de conductas en el fondo nacen de instintos y comportamientos muy sencillos de explicar.

Zona de comfort

El término “zona de comfort” en sociología es utilizado para describir un estado mental interno, representado por una serie de barreras creadas artificialmente, las cuales nos proporcionan una gran sensación se seguridad. A veces, este estado nos lleva a aceptar creencias y actitudes que no necesariamente son verdad o correctas.

La “zona de comfort” está presente en nuestra vida diaria, trabajo, ambiente social y en todo tipo de hábitos a los que nos hemos acostumbrado. Nos determina qué tipo de amigos tenemos, con qué gente nos asociamos y qué pasatiempos practicamos.

A pesar de ofrecer una dimensión positiva en nuestra vida, una zona de confort estática e inflexible nos cierra la puerta a experimentar y probar con un montón de cosas nuevas y experiencias. Una pena. Especialmente en pesca.