¿Saben latín las truchas?
Esta más que una pregunta es una muy popular afirmación a la que yo he decidido ponerle interrogantes. Que si saben latín las truchas….
Es una de las muchas cuestiones en pesca con mosca que tienen trampa. Del tipo de ¿sienten dolor? y alguna otra. La trampa está en que llevan implícita una fuerte carga de antropomorfismo. Es decir, una proyección de características propiamente humanas a un animal (y al resto del Cosmos). Da por supuesto que el término inteligencia o dolor, tal como lo entendemos, es directamente aplicable a las truchas. Y el caso es que no es así.
Centrando el tema
Las truchas no son inteligentes, ni selectivas, ni valientes, ni sienten dolor, ni rabia ni nada. Esos son planteamientos reduccionistas y distorsionados por nuestra manía de ver todo bajo un prisma puramente humano (¡qué mono ese leoncito jugando con su papá! Y va su padre, lo mata y se lo come como práctica medida de control de población).
La trucha no es más que un animal extraordinariamente adaptado a su medio que ha sabido sobrevivir como especie a lo largo de miles de años, desarrollando un comportamiento y técnicas de supervivencia concretas. Vamos como todos los demás animales.
Tiene una alta percepción del peligro y es una experta en alimentarse, gastando menos calorías que las que le va a suponer la presa (selectividad). Su sistema visual es muy bueno en un medio con muchas variaciones de luz y visibilidad. Vive para comer y procrear y necesita mucho oxígeno para hacerlo.
Y eso es casi todo lo que hay. Lo demás lo ponemos nosotros, pescadores ansiosos siempre de encontrar respuestas a todos nuestros fracasos.