Apilando con cabeza

Este ejercicio que publiqué en Sexyloops hace ya algunos años no solo ha sabido resistir el paso del tiempo con auténtica dignidad. Es creo, uno de los ejercicios más técnicos e interesantes de todos los que he creado.

Llegar a dominarlo significará haber adquirido una habilidad que muy pocos pescadores poseen: ser capaz de apilar línea a diversas distancias con algo de precisión (lance cubo, apilado, burruño intencional…).

Para qué

Para evitar que una caída de agua arrastre nuestra línea llevándose detrás nuestra mosca. Normalmente pescando entres las 11 y la 1 (nosotros en el centro de este reloj imaginario donde tanto nos gusta situarnos).

Saber situar ese apilado a diferentes distancias nos permitirá no tener que acercarnos demasiado al punto donde rompe el agua evitando el riesgo de alertar el pez (algo que no nos gusta nada especialmente si no se espanta y desaparece).

Equipo necesario

Dos fundas de caña y un aro. Y un viento en calma, si puede ser total.

Objetivo del ejercicio

  • Inmediato: apilar línea en cuatro puntos diferentes siguiendo un orden definido.
  • Con el tiempo: llegar a ser unos apiladores precisos y felices.

 

Procedimiento

Situamos la primera funda a 6 metros, la segunda a 8 y el aro a 10 (por ejemplo).
Deberemos apilar línea de manera correcta en los siguientes 4 puntos y por orden:

  • 1- Entre nosotros y la primera funda
  • 2- Entre las dos fundas
  • 3- Entre la segunda funda y el aro
  • 4- Dentro del aro

 

Consejos

  • – Practica la ejecución de este lance sin fundas ni conos hasta que te salga de manera fluida y natural.
  • – Es necesario disponer de al menos un metro de línea extra en el aire respecto al punto donde va a caer nuestro apilado.
  • – Cuanto más lejos vayamos a apilar más alto deberemos parar la caña y más lento deberá ser nuestro tempo de lance.

 

Complicando las cosas (qué necesidad hay, la verdad)

  • – Aumentamos las distancias de las fundas hasta perder de vista el aro por el horizonte.
  • – Esperamos a un día de viento para realizar este ejercicio y nos situamos de manera que nos sople de lado.
  • – Cambiamos las dos fundas por dos aros, ya me entiendes. Venga, ánimo.

 

Nos encontramos antes un lance difícil, complicado, artístico y precioso. Un reto en sí mismo para lanzadores ambiciosos que quieran seguir progresando y algún día llegar a un nivel de excelencia y virtuosismo reservado para muy pocos (si llegas a ese punto no esperes verme por ahí de momento).