Esos nerviosssss
Llega el día del examen y aunque nos hemos preparado bien y pasamos cada una de las pruebas con cierto margen, los nervios nos atenazan los músculos y el espíritu. Y lo que es peor, nos hacen perder confianza en nosotros mismos.
Desde luego ejecutar las pruebas solos en el césped y hacerlo con dos examinadores delante nuestra, con normalmente ceño fruncido y con mirada de análisis crítica y fustigadora son cosas diferentes. Cosas totalmente diferentes.
Aquí os van algunas recomendaciones para intentar mitigar de alguna manera los inevitables nervios del momento del examen.
Lo que más reduce los nervios es la preparación
Sin duda. Intenta que el margen con el que pasas las pruebas en césped sea muy amplio, tremendamente amplio. Si hay que llegar a los 25, pasa los 28 con comodidad. Si hay que meterla en el aro, practica con aros más pequeños y pon la lanita en el centro. Si te piden dos maneras de cambiar de dirección ten preparadas cuatro. Y así sucesivamente.
De esta manera convertirás un examen lleno de tensión en una entretenida demostración donde estarás encantado de mostrar tus habilidades.
Intenta hablar con los examinadores antes
Intercambiar unas palabras o risas con ellos te ayudará a verlos más humanos y sentirte más relajado.
Calienta despacio, bien y sin prisas
Hazlo con los ejercicios que siempre utilizas. Flexiona piernas, estira hombros y brazos. Respira hondo. Piensa en las partes del cuerpo que vas a implicar, céntrate en ellas durante un instante, una a una. Que no se te olvide respirar hondo.
Sigue unas pautas y rutinas establecidas en los preámbulos
Que todo lo que hagas te sea familiar y conocido.
Ejecuta las rutinas de lanzado que siempre haces al principio de cada sesión de prácticas.
Utiliza el equipo con el que entrenaste. Incluso lleva el calzado, gorra y ropa cómoda que siempre utilizas. No estrenes nada ese día. No experimentes ni pruebes nada. No tienes nada que demostrar a esos tipos serios. Tan solo pasar con confianza esas pruebas que te van a preguntar.
No estrenes nada ese día. No experimentes ni pruebes nada.
Observa el viento como siempre lo haces y decide con calma en qué dirección quieres que te orienten el carril de lanzado. Y recuerda que incluso con viento malo éste siempre está a tu favor (otro artículo).
Espera a que terminen de leer la prueba del todo antes de realizarla
Sí, te la sabes bien ya que la has leído mil veces. Es igual, ellos siguen un protocolo y no lo van a variar nunca. La tendencia normal es querer empezar la prueba corriendo. Mal.
Aprovecha ese momento de espera y tensión antes de cada prueba para escuchar en silencio visualizándote ejecutar la rutina requerida. Respira pausadamente y con calma mientras escuchas. Solo cuando te pregunten «¿entiendes?», puedes pasar a realizar la prueba.
Que una prueba no bien ejecutada no te condicione la siguiente
Estate preparado para que eso ocurra. Piensa que los examinadores tienen en cuenta el factor nervios y si el problema es puntual te la harán repetir.
Corolario
Se trata de evitar a toda costa que un examen que te salía muy bien en las prácticas se vuelva un desastre por culpa de los nervios. Algunas de esos consejos te pueden ayudar. Eso espero.