Aprieta aflojando

El agarre de la caña y sus variantes es tema obligado en todo tratado y libro de lanzado. La fuerza e intensidad que debemos aplicar a ese agarre apenas es alguna vez comentada. Craso error, creo yo.

Desde un punto de vista técnico, yo lo considero tan importante como el tipo de agarre, y sin embargo, bastante más difícil de aprender e interiorizar. Sobretodo en lo que respecta a la variación de esa fuerza a lo largo de una secuencia completa de lance.

Es un elemento imprescindible en distancia y esencial a la hora de desarrollar un estilo fluido y grácil, sello distintivo de los grandes lanzadores.

Ejercicio

Os propongo practicar este aspecto técnico probando los siguientes ejercicios:

  • ⇒ Hazte con una esponja algo húmeda (gracias Joan). Realiza pantomimas sin caña un lance corto y tanto en la parada frontal como en la trasera intenta extraerle agua apretando la mano. Justo después vuelve a relajar la mano y que deje de salir agua.
  • ⇒ Ahora toma un trozo de papel de burbujas, envuelve el mango de la caña y ejecuta el mismo ejercicio que antes. Intenta, que en vez de agua, explote alguna burbuja. Relaja la mano después del “pop”.

 

Consideraciones importantes

  • ⇒ Deberemos evitar por encima de todo el “agarre muerto”. Aquel que sujeta la caña con fuerza sin variación en todo el recorrido del lance. Es muy poco eficiente, ya que provoca movimientos imprecisos y descontrol en la caña. Además, cansa en exceso.
  • ⇒ Hoy en día se empieza a desmitificar la idea clásica de una parada brusca, seca, enérgica, optando más por un “apretón” de la mano en el momento adecuado. Es más real, pedagógico y más efectivo.
  • ⇒ Hay que relajar la mano de nuevo, inmediatamente después del “apretón”. De lo contrario causaremos un exceso de vibraciones en la punta de la caña propagando ondas poco deseadas.
  • ⇒ Con práctica, lo ideal es volver a aflojar la mano pero no del todo, permaneciendo la mano en contacto con el corcho en todo momento de manera suave y uniforme. La clave está en no apretar demasiado y en no aflojar del todo. Con mesura, como casi siempre.

Este es uno de esos ejercicios cuyos beneficios aparecen al poco tiempo, mejorando nuestro estilo, bucles, control y técnica general de lance. No dejes de practicarlo.