
Dilemas mosqueriles
Son muchos los dilemas que desde que uno decide hacerse pescador con mosca van surgiendo aquí y allá y prácticamente sobre cualquier tema. Cuestiones inaclaradas de equipo, moscas, técnicas de lanzado y de pesca aparecen continuamente a lo largo de toda nuestra existencia de mosqueros.
Incluso cuando después de muchos años, cientos de capturas, miles de bolos y cientos de miles de horas en el río, uno cree que empieza a tener las cosas claras y a hacerse la falsa ilusión de que más o menos sabe de qué demonios va esto de la pesca, le viene el paisano y le plantea a ver qué es mejor si el extendido o el curvo para una misma situación concreta.
O peor aún, alguien se acerca sigilosamente hasta nosotros y nos pregunta a ver si después de llevar toda la vida “empujando” tiene que empezar, a su edad y con dos hijos ya casados, a “tirar”.
La vida de un pescador con mosca no es fácil. Vive inmerso en un mundo lleno de opiniones diferentes y planteamientos diversos en donde todos tienen una manera ligeramente dispareja de ver las cosas y llevarlas a cabo. Más vale que incluso los pescadores con mosca desarrollan, de vez en cuando, modos muy humanos y utilizan la técnica del dilema para transmitir su mensaje y creencia de la manera más convincente y desde luego más apasionada.
La vía rápida
La vida nos dicta una y otra vez que la mejor opción se encuentra siempre en algún punto a lo largo de la línea que une dos extremos opuestos. Sin embargo, el pescador con mosca, mucho más cercano a su pasatiempo que a los aspectos lógicos y aburridos de la vida normal, piensa que esa no es una postura que nos aclare mucho.
Necesitamos una manera de ver las cosas que nos ayude a encontrar respuestas rápidas, que se puedan explicar de manera sencilla y sobretodo que nos de una imagen de total seguridad y convencimiento en lo que pensemos y hagamos ante nuestros colegas. Este punto es esencial.
Nuestra imagen como pescadores con mosca es muy importante y las dudas e indecisiones no debieran formar parte alguna de ella.
Si a mí se me ocurriera decir aquí y ahora: “cada día que pasa estoy menos seguro de nada”, estaría siendo muy sincero pero casi seguro que, ante muchos, lo que realmente estaría haciendo es echar toda mi merecida y bien ganada reputación y credibilidad por tierra (pero, ¿de qué demonios está hablando este pobre muchacho?)
Estoy seguro que fue un pescador con mosca el que inventó el concepto de dilema. Bueno, seguro del todo no.