
El décimo mandamiento del sigilo
Para cuando llegue ese momento en el que el pez tiene la opción de tomar tu mosca, has tenido que hacer muchas cosas bien antes, si no, tus posibilidades de éxito serán mucho menores.
Harry Ramsay, conocido casi exclusivamente por sus diez mandamientos del sigilo recogidos en la gran obra maestra The Dry Fly: New Angles escrita por La Fontaine, nos enseña que mantener un estado de confianza, lo más alto posible en el pez, es del todo clave. Ramsay nos invita a desarrollar toda una manera de proceder desde el mismo momento que llegamos al río que vaya encaminada a lograr ese propósito.
Una de las grandes obsesiones de este pescador americano era la de estudiar el impacto del pescador y sus movimientos sobre la trucha. De las muchas conclusiones que sacó, tras miles de horas de estudio en el río, una de las más curiosas es la conocida como el décimo mandamiento del sigilo: a una trucha le cuesta apenas siete minutos acostumbrarse a la presencia del pescador.
Si éste lanza y se mueve rítmicamente y con cuidado, la trucha se relaja y se olvida de él. Si el pescador continúa durante un rato, siempre con movimientos acompasados y suaves, la trucha lo llegará aceptar como parte del río e incluso tomarlo como punto de referencia en su querencia de alimentación, pudiendo acercarse a él hasta una distancia inferior a dos metros.