Algunos enigmas más (2ª parte)
Estoy seguro que la mayoría de lectores, repasando con tranquilidad cada una de estas teorías, se va a decantar, de manera automática, por una de estas dos reacciones:
- ⇒ «Por supuesto, no tengo la menor duda de que es así. Casi ofende que alguien crea que es una teoría».
- ⇒ «Vaya sandez. Esto no lo he oído en mi vida. Son ganas de inventar cosas».
Los menos pensarán que «mira hombre, es curioso. A ver si me acuerdo de esto la próxima vez que vaya al río».
Y es que, como os he contado en muchas ocasiones, en el pescador con mosca, un ser muy apasionado y muy seguro de sí mismo, no hay medias aguas, ni tintas.
Las siguientes teorías tampoco van a dejar a nadie indiferente:
—– La barrita de chocolate
En plena eclosión y furibundo proceso alimenticio, una trucha es capaz de lanzarse a una imitación que nada tiene que ver con lo que está eclosionando. Algo mucho más grande y en apariencia más sabroso le incita a reaccionar «como que ya está bien de tanto picoteo y vayamos al plato fuerte».
—– La selectividad calórica
La trucha es capaz de seleccionar su comida con total precisión, en relación al esfuerzo y gasto calórico que le resta al tener que capturarlo. De ello depende su existencia.
—– Teoría general de la selectividad
Esta teoría rechaza de pleno la idea de que la tan admirada y temida selectividad de la trucha sea un rasgo o prueba de su inteligencia. Intenta demostrar que, en todo caso, lo es de lo contrario. La define así: estado de trance-hipnótico o atontamiento con el fin de obtener la máxima eficiencia calórica en el esfuerzo realizado al alimentarse en eclosiones de insectos.
—– Teoría de los niveles de placaje
Analizar nuestras moscas en relación al perfil que ofrecen al pez, en función de su nivel de flotabilidad, nos puede dar una interesante nueva perspectiva a la hora de entender y enfrentarnos a situaciones complicadas y a la hora de preparar nuestras cajas de moscas.
—– Teoría de las truchas comedoras de los copos de nieve
Son varios los pescadores que han comprobado como en medio de una nevada, varias truchas ascendían a la superficie para engullir los copos de nieve que justo tocar el agua se derretían al instante.
La teoría explica que la nieve, al entrar en contacto con el agua, deja escapar unas iridiscencias de luz asemejando, de alguna manera, los efectos ópticos de algunas emergentes e insectos placados en superficie.
—– Las represas decantadoras de sal
Esta teoría explica la posible gran función de esas pequeñas represas en ríos de montaña, garantizando mejores frezas río abajo.
Al parecer, sirven de estanques de sedimentación de los miles de kilos de sal vertidos en las carreteras de montaña en invierno. Sal que tarde o temprano acaba en los cauces de arroyos y riachuelos. Se piensa que estos mini embalses impiden que muchos tramos acaben con índices altos de salinización, precisamente en los meses en los que tiene lugar esa tan esencial parte del ciclo biológico de los salmónidos.
—– Teoría de la interpretación visual de la trucha
Teoría que intenta explicar cómo la trucha interpreta lo que ve.
La información que llega a la retina de la trucha sobre la forma, tamaño, brillo, color y la situación exacta de un insecto en el agua, llega conjuntamente y toda ella forma una sola percepción. Una combinación distinta de esos elementos (iluminación del insecto, tonalidades de color, pequeñas variaciones de tamaño, etc.) puede dar lugar a la misma percepción en la retina: dos casos distintos originando la misma impresión en la retina.
—- Ninfas en la mano
Teoría desarrolada por el gran Schwiebert para identificar ninfas por su personalidad.
Corolario
Aquí terminan los episodios sobre las teorías. Espero que te enganches a esta manera de entender y explicar a las truchas y a su entorno. Y si se te ocurre una nueva, por favor, me la haces llegar.