La Pulgada Mágica

El escritor y fotógrafo especialista en pesca con mosca, Paul Marriner, señala que su número de capturas se ha incrementado considerablemente en los últimos años desde que decidió empezar a pescar, casi de manera exclusiva, en lo que él llama la pulgada mágica: la capa de agua de unos dos centímetros y medio de grosor por debajo de la superficie. Es ahí, señala Marriner, donde la trucha realiza la mayor parte de su alimentación cuado se produce la actividad de algún insecto.

Alcanzo a adivinar algunas de las razones de este hecho:

  • ⇒   El pez se siente más confiado al alimentarse ya que no necesita traspasar la superficie con ninguna parte de su anatomía.
  • ⇒   Los insectos en esa franja de agua son especialmente visibles tanto dentro de la ventana (iluminación y contraste con el cielo) como fuera de ella (efecto espejo).
  • ⇒   Muchos insectos se quedan algún tiempo justo por debajo de la película antes de romperla y salir a la superficie.
  • ⇒   El aspecto de muchos insectos antes de eclosionar es poco definido y “despeinado”, facilitando el engaño con la mosca artificial.
  • ⇒   La mayor parte de todas las hembras de efemerópteros que recién realizada la puesta de huevos en superficie mueren, se ahogan rápidamente.
  • ⇒   La concentración de insectos en esa franja es grande. La corriente es más regular que a mayor profundidad produciéndose una menor y más lenta dispersión de los insectos, tanto ahogados como en eclosión.
  • ⇒   El viento no afecta para nada al insecto como así ocurre en la superficie, tanto acelerando el proceso de secado de las alas como al desplazarlos de manera irregular en superficies rizadas, volviéndolos, en esta área sumergida, bocados más fáciles y predecibles.