Mi método para valorar cañas (2)

Seguimos con el tema de la valoración de las cañas. Como os decía, hecho en falta análisis descriptivos más precisos y relevantes por parte de los fabricantes y sus probadores oficiales, capaces de dar información más cercana, práctica y fácil de entender.

Todas las grandes marcas han desarrollado métodos propios de fabricación que, como no podía ser de otra manera, mantienen bastante secretos y confidenciales.

Todos hablan de nuevos composites, estructuras y distribución de fibras única, revolucionaria y desde luego registrada por la marca. Impresiona pero no aporta.

El tener mayores criterios de análisis para ver en qué se traduce esas técnicas y avances innovadores, cuando la caña llega a las manos del pescador, me parece puede resultar interesante tanto para instructores, vendedores y represantantes, como para usuarios finales.

2. Ejecución

Sin duda mi conjunto de pruebas favorito y algo que no he visto nunca hacer por parte de ninguna marca a la hora de probar sus cañas.

Se trata de, ni más ni menos, que de someter a la caña a toda una serie de lances de presentación. Lo cual significa, ni más ni menos, probar su velocidad de recuperación, precisión, vibraciones laterales, transferencia de energía y en definitiva con qué fidelidad y rapidez es capaz de interpretar todos nuestros movimientos y aplicaciones de energía de brazo y muñeca, en todas las direcciones.

Ningún otro tipo de  prueba o test somete a una caña a un esfuerzo y  tensiones tan diversas y exigentes. Todo un reto para cualquier caña de cualquier precio.

Comencemos pues, con unos pocos laces bien elegidos, bastará:

  • Lance apilado (cubo…)

Hay que crear perfectos apilados de línea manteniendo el resto de la línea totalmente recta. ¿Consigues mejorar tu distancia enviando algunos de ellos a lo largo de la línea? Debes exigirle a la caña regularidad y consistencia, una y otra vez.

  • Ganchos

Comprobamos con qué sencillez y dulzura esa leve rotación de muñeca se traduce en un ajustado gancho tan solo en el bajo. De izquierda y de derecha. También, regularidad y consistencia. La caña debe ser capaz de clonarlos (solo si sabemos darle las instrucciones correctas, recordad).

  • Línea floja

Curvas, serpentinas y demás. Deben poder salir perfectas, simétricas, controladas. De foto de portada y al primer intento. Aquí sí que debemos sentir una sensación de total control de las oscilaciones de la punta y una recuperación muy rápida de la misma.

  • Bucle invertido

Este tipo de lance necesita gran aceleración con poca línea. Y un firme y marcado pull-back. Pocas cañas aguantan esta prueba con gran éxito.

  • Snaps

Este es un lance de reposicionamiento que mide muy bien la reacción de una caña tras un golpe de muñeca firme y potente. Lo intentamos con 15 metros de línea extendida en frente nuestra. A ambos lados. Debemos poder crear snaps que levanten admiración por nuestra parte. Magníficos, fáciles y precisos.

Conclusiones

Al final de este bloque sabremos si lo que tenemos en la mano es una caña buena (las malas ni las probamos) o una caña extraordinaria que justifica cada uno de los euros que vale y toda la tecnología e I&D que se ha invertido en ella.

 

 3. Elementos menores

La estética sí que es subjetiva, aunque las cañas bonitas son bonitas antes los ojos de todos o casi todos. Hay marcas que juegan con colores llamativos y variados en sus diversos modelos. A muchos les encantan, a otros no.

La calidad del corcho, las anillas, el portacarretes son elementos que cuentan pero nunca debieran ser determinantes ni llevarnos a creer en exceso en una caña, hasta que pase nuestras pruebas. Que no nos despisten.

El talón de combate está de moda y en mi experiencia, tras acostumbrate a la sensación que trasmite, ofrece una ventaja interesante. En distancia a la hora de bloquear el lance trasero contra el antebrazo, esta extensión del mango hace ese contacto más suave y menos lesivo (adiós al moratón del lanzador a distancia).

Un ganchito para sujetar la mosca o una opción más discreta en el portacarretes es cuestión de gusto personal y estética, sin más.

Corolario

Y eso es todo. Estoy seguro que el método que he presentado no es, ni mucho menos, un método del todo infalible a la hora de determinar qué puede hacer una caña. Aunque creo que anda muy cerca.

Es un método complicado y largo que exige el protagonismo de un gran lanzador como probador pero, reitero, es un método mil veces más completo, claro y fiable que todos los que existen en la actualidad. Si alguien conoce un sistema más rápido e igual de fiable que me lo diga, por favor.