
Mi intenso idilio con los lances de presentación
Durante muchos años fui un amante obsesionado de los lances de presentación.
Hoy tan solo soy un moderado amante aunque tengo que reconocer que no hay sesión de prácticas de lo que sea, en la que no termine dando un fugaz repaso a varios de ellos y algunas poco prácticas e inverosímiles combinaciones.
Los aprendí, estudié, investigué, puse nombre, inventé variantes y ciertamente los dí a conocer. Aquello de por ejemplo, lances de línea floja por aquella época, sonaba a parte de casi nada, bastante mal.
Mi empeño y determinación me llevaron a hacer cosas poco acostumbradas. Llevé fichas de cada uno de ellos con su descripción y anotaciones en el chaleco de pesca durante varios años. Llevaba más fichas que moscas por aquella época. No me atrevía a contárselo a nadie que me encontrara en el río. Ni me atrevía ni le veía sentido contar algo tan raro.
Otro artilugio secreto que llevé en el chaleco durante mucho tiempo fue un cronómetro. Mi auténtica obsesión por conseguir derivas libres de gragado lo más largas posibles alcanzaba su máxima expresión cuando las medía en segundos. Por aquella época empecé a hablar del microdragado y de sensación de tensión en las moscas como verdaderas enemigas de una buena presentación.
Aprendí un montón, me lo pasé de miedo y curiosamente me facilitaron entrar en contacto con figuras extranjeras, conocer a Paul y entrar a trabajar en Sexyloops.
Los lances de presentación representaban para mí tres conceptos verdaderamente importantes:
- – Eran el auténtico eslabón entre la hierba y el agua. Lo siguen siendo.
- – Eran un campo muy poco explorado y con unas enormes posibilidades a la investigación y descubrimiento. Ahora lo son algo menos.
- – Suponían un auténtico elemento transgresor y perturbador en el lanzado con mosca de la época. Eso me estimulaba. Ya no lo son.
LP’s como elemento transgresor
Eran tiempos en los que había que estirar la línea. El resultado de un buen lance eran un bajo y varios metros de línea extendidos con tiralíneas. Y cuanto más largo era tu bajo mejor pescador eras.
Se luchaba con empeño y frenesí en reducir el tamaño de los bucles. A parte de al parecer ser más eficientes, más precisos y llegar más lejos eran, sin lugar a dudas, el sello del gran lanzador.
Todo lanzador debía aplicar con eficacia total los principios básicos de lanzado: aceleración, trayectoria, alineamiento, paradas secas, etc. Y el lanzado estaba basado en algo tan elemental pero complicado de conseguir que era cargar y descargar la caña. Y la muñeca bien rígida siempre, por favor.
Y llegaron los lances de presentación
Y arraigados en el principio de que se lanza para intentar sacar más peces consiguieron en poco tiempo poner todo patas arriba. Los burruños intencionados y configuraciones de línea arrugadas no es que tuvieran sentido, es que eran absolutamente necesarios, tachando a la línea recta de casi total inutilidad.
El bucle estrecho se volvía verdaderamente molesto e innecesario en la ejecución de muchos lances. La verdadera práctica de los LP’s requería olvidarse de todo principio de lanzado establecido y empezar a jugar con la línea, de manera libre y desorganizada. Ese era el camino.
Trayectorias, aceleraciones, alineamientos, debían salir del lenguaje y mente del lanzador para que este se dejara llevar sin restricciones ni dogmas. Y la muñeca, con todos sus requiebros, giros y flexiones se convirtió, de la noche a la mañana, en un aliado insustituíble. Curiosamente los bajos largos empezaron a mirarse con cierto recelo ya que si existía algo que pudiera compensar su efecto de manera efectiva, sus grandes defectos de falta de precisión y menos control en la lucha con el pez podían llegar a ser evitados.
Clasificaciones
Trabajé aunque creo no con demasiado éxito en la clasificación de estos lances. Era importante para mí tener una idea clara de qué representaban y cómo se podían agrupar. Eso me permitía entenderlos mejor y sobretodo poder trasmitir y comunicar su utilidad y funcionamiento de manera más clara.
Una de las clasificaciones más curiosas e interesantes fue la que Alejandro Viñuales, inmerso del todo por aquella época en el lance a distancia, realizó en una de las primeras jornadas de lanzado de la CNL.
Todavía tiene gran validez y yo la guardo como un tesoro por lo que representa. Y porque fue creada por probablemente mi mayor maestro inspirador en mi carrera lanceril, el maestro asturiano Viñuales.
Corolario
Los LP’s siguen siendo un mundo apasionante dentro del lanzado. Hoy en día, son muchos los pescadores que saben un montón sobre ellos y los usan con normalidad y efectividad.
Sin embargo y a pesar de su gran popularidad, os puedo asegurar que, hoy por hoy, para muchos es más fácil pasar de los 30 metros tres veces seguidas que clonar un gancho en ángulo recto a 12 metros de distancia. Cuestiones de moda, supongo.