A ocho pasos del éxito (1ª parte)

Si hace 10 años alguien me hubiera hablado del número de gente interesada en obtener un título de lanzado en la actualidad, me habría pinchado con un anzuelo sin muerte del 12 para comprobar que no era una alucinación.

Hemos pasado en unos pocos años del paqué-demonios-sirve-eso y vaya-pérdida-de-tiempo al qué-hay-que-hacer y dónde-se puede-examinar-uno. Visto y no visto.

 

En este momento lo único que frena a un buen número de aficionados al lanzado a presentarse a una titulación (en su mayor parte el CI de la FFI) es el saber qué tienen que hacer y cómo deben prepararse para afrontar con garantías estas pruebas.

Aquí van mis consejos para dar cara a la parte práctica del examen.

1. Mide tu nivel actual y real de lanzado

El comienzo de todo. El punto de partida. Saber en qué punto empezamos es clave para planificar todo nuestro proyecto. Lo puedes hacer solo o mejor aún, ser supervisado por un amigo lanzador/jurado/control.

Deberás ir ejecutando cada una de las pruebas del examen y anotar con esmero, detalle y frialdad si crees que te falta mucho o poco en pasar cada una de ellas con holgura, con mucha holgura. Repito, mejor si te ayuda alguien que sepa algo/bastante de lanzado.

2. Apúntate al examen

Desde ya. La decisión está tomada y para que no haya marcha atrás ni arrepentimientos debes apuntarte cuanto antes. Entérate con toda la antelación posible (un año) donde será la convocatoria más cercana y paga. La fuerza de esta atadura material es muy potente y te ayudará a navegar contra viento y marea.

Un consejo personal: no se lo cuentes a nadie más allá de tu mujer. No lo airees en Facebook ni lo hagas público en tu círculo de amigos. Un proyecto de este tipo sigue sonando raro para muchos y raro casi siempre es sinónimo de críticas. No pierdas tiempo ni te despistes.

Te quitarás presión y ahorrarás inncesarias explicaciones si simplemente haces de esto un reto personal y privado contigo mismo. Cuando apruebes ya tendrás tiempo de pagarte unas cañas, si eso.

3. Establécete un calendario de prácticas

De días y horas, el más intenso que puedas. Desde luego unas cuantas horas semanales. Abogo, en este caso, por sesiones múltiples de corta duración (una hora) con objetivos muy marcados de prácticas para cada una de ellas.

Como las pruebas que debes pasar las conoces, márcatelas como metas y vete lográndolas despacio pero gradualmente. Si alguna se te hace bolo y no hay manera, déjala para más adelante. Muy probablemente que tras un tiempo de practicar otras, esa rutina rebelde se volverá más asequibe.

Sé muy estricto en darte el aprobado/suspenso en cada una de ellas.

Más aún, se trata de sacar mínimo un notable en cada una de las pruebas que te dé un muy práctico margen de seguridad para compensar nervios, angustias e imprevistos del día del examen. Que los habrá, seguro.

4. Fíjate dos o tres puntos de control de progreso

En gestión de proyectos estos puntos o etapas intermedias se llaman hitos (milestones). Intenta ser controlado (examinado) por instructores de lanzado que generosamente se prestarán a ello incluso sin cobrarte nada (o casi nada).

Distribuye estos puntos de control espaciadamente a lo largo de toda la duración del proyecto dándote tiempo a mejorar y trabajar las pruebas que sigues fallando.

Este es uno de los pasos más importantes. Puede no ser fácil conseguir la ayuda pero deberás insistir, empeñarte e ir a donde haga falta. Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Créeme que al final te ahorrarás tiempo y dinero.

Controlando el progreso de un candidato al éxito