Paradoja

La motivación que mueve a muchos pescadores a enseñar altruistamente lo que saben es muy simple: les gusta tanto lo que hacen que quieren que otros lo hagan también (¿expresión del ego, también?).

Curiosamente cuando introducimos a alguien al mundo de la pesca con mosca o cuando le transmitimos algo de nuestro propio conocimiento o de algún descubrimiento, estamos creando un competidor en potencia. Y esa es una de las curiosas paradojas de la enseñanza de este bello pasatiempo.