Sintiendo el momento

Los hombres y los objetos compartimos una interesante característica común. Somos bastante reacios y perezosos al cambio. Se nos tiene que aplicar la energía suficiente para que nos movamos. Dependiendo de nuestra masa y la cantidad de pereza, mucha energía, a veces. En movimiento los objetos siguen igual de reacios a cambiar de velocidad, los seres humanos a parar, ninguna.

Newton dijo que esa especie de galbana se llama inercia. Y es lo que hace que nos cueste mucho levantarnos del sillón e ir al frigorífico a coger algo («Me lo traes tú cariño, por favor»).

Cuando movemos una caña lo que realmente hacemos es intentar vencer esa galbana de esa palanca tan reacia y cara que tenemos entre manos. Eso de «déjale a la caña que lo haga todo» lo dijo alguien que no conocía al bueno de Isaac o pensaba que por ese precio esa caña debería tener hasta wifi.

Ahora viene lo bueno. Si en vez de en línea recta, fuéramos dando una voltereta a la cocina, hablaríamos entonces de momento de inercia. O de alguien que ha perdido el juicio del todo.

Muy en línea con el artículo sobre aceleración angular de este mismo blog, existe un concepto que aparece con cierta frecuencia y que tiene cierta importancia a la hora de lanzar, entender la caña y diseñarla. Quizás más a la hora de entender por qué y cómo suceden las cosas. Se trata del momento de inercia.

El momento de inercia es la resistencia que nos ofrece un objeto (la caña para nosotros) cuando lo queremos rotar o girar alrededor de un eje determinado. Raquetas, palos de golf, bates de beisbol y cañas de pesca son palancas que para realizar su función deben ser capaces de girar respecto a un eje de giro.

Cuando aplicamos una aceleración lineal a la caña (movimiento de traslación) estamos intentando vencer la resistencia que ésta ofrece a permanecer en reposo o continuar moviéndose en línea recta a la misma velocidad (inercia).

El momento de inercia es similar a la inercia, solo que se aplica a la rotación en vez de al movimiento lineal. Al contrario que la inercia, el momento de inercia depende de la distribución de la masa en el objeto. Cuanto más lejos esté la masa del centro de rotación, mayor es el momento de inercia. Así mismo, el momento de inercia en un mismo objeto varía al cambiar su eje de rotación. Cuanto más alejado este el punto de giro del eje de rotación, mayor momento de inercia poseerá el objeto. Una caña larga tiene mayor momento de inercia que una corta (con masa similar).

Mayor momento de inercia implica más fuerza para hacerla girar y pararla. Esa es la razón práctica (junto con una mayor resistencia al aire) por la que normalmente, gastarnos en una caña más larga para lanzar más lejos, es tan sin sentido como ir a la nevera a lo saltimbanqui (la razón teórica es otra. Concretamente lo contrario)

Conclusiones

Hasta ahora sabíamos que nuestra caña es de grafito, mide 9 pies, qué acción nos ofrece para la línea y tipo de pesca que queremos practicar y que cuesta 450€. Ahora deberemos saber también que tiene momento de inercia.

Quizás ya lo sabíamos pero puede que ahora le prestemos mayor atención. A la hora de probar y comparar una caña con otra no os contentéis con menearlas de un lado para otro paralela al suelo. Intentar fijaros en qué sensación os produce cada una al rotarla y pararla. Si le ponéis línea mejor y probando varias, con paciencia y al cabo del tiempo, podremos empezar a sentir diferencias y educar nuestro tacto angular (término recién acuñado).

Recordad por último, que el factor primordial en la elección de una caña tiene que ver más con sensaciones que con casi ninguna otra cosa.