Sobre la fórmula Game Over

A ver, la fórmula Game Over del artículo anterior es tremendamente expresiva y radical pero está llena de trampas. Y es en las trampas donde radica tanto su total certeza como su gran margen de error.

Debo aclarar que en esta teoría dejo al margen las diversas “otras” motivaciones de la trucha por coger una mosca. Me fijo únicamente en el instinto de alimentación del pez. El más importante.

En este enlace hablo sobre esas otras motivaciones.

La fórmula tramposa

En la fórmula hablo de buena imitación. Ya, muy bien. Pero, ¿cómo sé que la mosca que tengo puesta es la buena? ¿Por qué a mí me parece imita muy bien al insecto? ¿Porque en otras ocasiones parecidas le gustó?

Puede ser, pero fundamentalmente lo sé porque me la coge el pez. Y si me la coge el pez se cumple la fórmula, haciendo a su vez buena a la imitación.

Y ¿qué es una presentación perfecta? ¿Cómo lo puedo saber? ¿Por qué flota natural? ¿Por qué deriva por el lado correcto? Sí, claro, pero sobre todo porque me la toma el pez. Si al pez le parece bien a mí mejor. Nuevamente la captura hace buena a este elemento de la fórmula. Hasta ese momento no sabíamos si nuestra presentación era buena o no servía para nada.

Y de ¿que el pez no tiene ningún estado de alerta? ¿Cómo lo puedo saber? ¿Percepción de pescador experimentado? Seguro. Sin embargo, la única prueba irrefutable es que me come la mosca.

La captura hace buena a los tres elementos de la fórmula. Sin captura, alguno falla. De cajón.

No existen criterios 100% objetivos para determinar que una mosca es buena, ni siquiera que una presentación es la ideal (aunque con menor margen de error), ni para saber que esa trucha está totalmente desinhibida.

La única prueba fehaciente que hace bueno a todo, es que el pez decida tomar la mosca. Repito, eliminando los demás instintos por los cuales un pez decide meterse una mosca a la boca.

Si capturo el pez puedo alardear de tener la mejor mosca presentada de forma perfecta a un pez tranquilo. Y si me rechaza mi mosca es cuando aplicaré mi conocimiento para explicar el por qué. Si soy más montador que lanzador me centraré en la mosca. Si por el contrario lo mío es el lance y las derivas chulas pues en eso me fijaré más.

Tres en discordia

La fórmula para lo que realmente sirve es para introducir, de manera muy visual y extremadamente radical, un nuevo elemento a considerar para explicar el por qué de un rechace, además de la imitación y la presentación. Y actuar en consecuencia y previsión en la próxima ocasión.

Recordad que para mí la idea de mayor utilidad de esta teoría es la que señalaba en el artículo:

Una trucha puede estar alimentándose con aparente normalidad, pero siendo plenamente consciente de la presencia del pescador. Esto hará que su toma de insectos sea más errática e irregular incluso dejando pasar naturales.

Que siga el debate.