Un relato Zen. Haitaku busca la iluminación.

HaitakuEl pobre y temerario discípulo, algo escarmentado al verse obligado a romper su GLX y dolido por el bastonazo recibido, tras inquirir tímidamente sobre la utilidad del nuevo lenguaje para describir bucles, decidió dejarse de preguntas arriesgadas y acometer el reto por sí mismo.

La búsqueda de la verdadera esencia de la pesca a mosca la dejaría para más adelante y empezaría por cosas más humanas y terrenales.

¿Qué sentido tienen los tres diferentes grados de serpentinas?

Refrescando un poco la memoria, el grado 1 eran unas serpentinas enormes y poco numerosas, capaces de crear gran cantidad de línea floja cuando las corrientes entre el lanzador y la presa son rápidas aunque francas y el agua blanca destella con descaro y cierta agresividadNuestro discípulo dudaba de la utilidad de ningún otro tipo de serpentinas, ya que si las de grado 1 desafiaban las aguas más enfadadas ¿qué sentido tenía pues un grado 2 o un grado 3? Ni que decir tiene que la pregunta era puramente retórica y reflexiva y que el maestro jamás la oiría enunciada por la boca de un ya, más que precavido alumno.

En los lances de línea floja la precisión es un problema mayor que en los de línea recta. Debemos, por lo tanto, dejándonos guiar por la sabia estela de la sobriedad, crear la mínima cantidad de línea floja suficiente para evitar el dragado. Si con un metro es suficiente, no deberemos crear dos, ya que la precisión se verá claramente afectada. Es por ello que conviene desarrollar nuestra técnica hacia el

control de la cantidad de línea floja creada. En el caso del lance con serpentinas, los grados nos dan la clave.

Ganas le entraron al discípulo de Saolín de salir corriendo a contarle a su maestro que había descubierto algo y que veía algo más de sentido en todas sus lecciones. Sin embargo, decidió quedarse, ya que probablemente, sólo acababa de añadir un tenue rayo de luz a lo que todavía seguía siendo una oscura caverna. Sus costillas todavía se resentían y eso de pensar por sí mismo le empezaba a gustar. Así que prefirió seguir pensando.

Tanto era lo que seguía sin entender…