¡Quiero volver a la hierba!

El comienzo de cada temporada de trucha, para un practicante de lanzado, es realmente emocionante.

Toca recoger los frutos de tanto concepto de lanzado y de tantos ratos en la hierba. No es tarea de un solo día.

Transferir lo aprendido en hierba al agua no es fácil, ni rápido, ni siquiera demasiado divertido.

«Si algo de razón no te falta amigo»

Es lícito reconocer que aunque en menor número que hace años, todavía existen muchos pescadores a mosca experimentados, a los que la campestre actividad de lanzar fuera del agua les parece un poco tonta y bastante inútil.

Efectivamente, los que practicamos esta divertida afición y la llevamos a extremos casi surrealistas, en muchos casos rayando la obsesión, somos con frecuencia objeto de crítica y análisis.

Práctica sí, pero…

Las claves para llegar a ser un buen lanzador son tres: práctica, práctica y práctica. Una vez que seamos capaces de entender que esa es la única verdad absoluta, podremos empezar a aplicar una cuarta clave: práctica con cabeza.

O lo que es lo mismo: practica sabiendo lo qué haces, cómo se hace y