De pegamentos y moscas a cañonazos

Utilizar pegamento de cianocrilato para pegar recortables de niños es poco acertado. Es caro, es muy probable que te cargarás el recortable y desde luego requiere más atención y cuidado para no liarla.

La proporcionalidad en las acciones a la hora de buscar soluciones a los problemas es, creo yo, un claro ejercicio de sensatez. El dicho, matar moscas a cañonazos, alude a que a veces las soluciones desmesuradas pueden provocar detrimentos mucho mayores que lo que se pretende resolver.

En la enseñanza del lanzado

El trasmitir esta idea a la hora de enseñar a lanzar a nuestros alumnos, se traduce, en la mayoría de los casos, en una mejor comprensión de muchos elementos técnicos, así como en la formación de lanzadores más gráciles y eficaces.

No se trata tan solo de conseguir el objetivo (llegar lejos, derivar sin dragado, cambiar de dirección, dar en el blanco, lanzar por el otro hombro…) se trata, además, de hacerlo con el mínimo número de recursos y el esfuerzo justo.

Creo, además, que la relación entre este enfoque cuasi-minimalista y las posibilidades de éxito en la ejecución, es de directa proporcionalidad. No es que lo crea, estoy del todo convencido.

Cuantos menos elementos técnicos y movimientos involucremos en un lance determinado, menores posibilidades de que nos salga mal.

Contra el viento

Cuando enseñamos a lanzar contra el viento, en la mayoría de los casos lo hacemos con la opción más costosa. Optamos por el lance que reune todos los elementos técnicos contra el viento, los cuales, ejecutados de manera corrrecta, pueden desafiar con éxito al vendaval más agresivo.

El caso es que ese lance perfecto anti-viento, requiere esfuerzo y entraña clara dificultad técnica y en la mayoría de los casos, el vendaval es tan solo un vientecillo, que aunque molesto, puede ser solventado con algo menos que cañonazos.

Los elementos del perfecto pero costoso lance anti vendavales de cara son:

  •      ⇒ Doble traccción.
  •      ⇒ Trayectoria descendente del lance frontal (que la línea se extienda a escasos centímetros de la superficie).
  •      ⇒ Gran aceleración.
  •      ⇒ Ultimo tironcillo tras la segunda tracción.
  •      ⇒ Bucle estrecho.

 

Para qué tanto si con menos basta.

Y si resulta que con menos basta, que casi siempre lo es, saber qué orden de factores debo seguir según la intensidad del viento (recuerda, siempre de cara), nos puede ayudar a ser mucho más eficaces con menos esfuerzo.

A saber:

  •      ⇒ Vientecillo muy suave: con una doble tracción (1) bien sincronizada con el golpe de muñeca final (rotación), bastará.
  •      ⇒ Vientecillo algo más fuerte: además de la doble traccción (1), nos aseguramos que al parar, el bajo se extiende a pocos centímetros de la superficie (2). Nada más.
  •      ⇒ Viento moderamente incordioso: al (1) y (2) añadimos mayor aceleración (3).
  •      ⇒ Viento claramente molesto: (1) + (2) + mayor aceleración aún (3).
  •      ⇒ Ventarrón frontal casi imposible de vencer:  (1) + (2) + mayor aceleración aún (3) al que añadiremos una tracción final (4).

 

Importante mantener un bucle estrecho en todos los vientos menos en los que tengamos que aplicar gran aceleración. En esos no es demasiado relevante.

Este orden de factores es el que yo sigo y enseño. Me consta que algunos lanzadores aplican ligeras variaciones.

Corolario

Como os decía, este planteamiento de una integración gradual de elementos técnicos, es aplicable a la ejecución de diversos lances y destrezas técnicas de lanzado. Atentos porque seguiré abordando este interesante tema en próximos artículos.